La verdad sobre el caso Harry Quebert
Año de publicación: 2012
Editorial: Alfaguara
Autor: Joel Dicker
Portada:
Crítica:
Primero de todo, leí este libro sencillamente porque me lo recomendaron y me lo dejó un amigo, de tal manera que no tenía muchas espectativas con este libro que, además, era especialmente extenso comparado con los libros que había leído hasta ese momento (llegando a contar la edición de bolsillo con cerca de 800 páginas). Y, a pesar de que al principio se me hizo un poco tedioso, me acabó enganchando hasta límites inimaginables.
El libro trata, brevemente, de cómo, al más puro estilo Twin Peaks, un asesinato de una joven sacude un pequeño pueblo llamado Aurora. Concretamente, el cadáver de una adolescente llamada Nola Kellergan, desaparecida hace más de 30 años, es encontrado enterrado en el jardín de un reconocido escritor (llamado Harry Quebert) afincado en dicho pueblo. Quebert había trabajado previamente como profesor en cierta universidad en la cual impartió clases al protagonista de este libro, Marcus Goldman, el cual, después de un tiempo, acaba volviéndose íntimo amigo suyo; de tal manera que, cuando Marcus Goldman va a visitarle diez años después de verlo por última vez y se entera de que está imputado por el asesinato de una joven con la que aparemente tuvo una relación años atrás, decide ayudarle a demostrar su inocencia para librarle de la pena de muerte.
Aquí es donde empieza la investigación del asesinato cometido hace 33 años que va a ocupar toda la novela.
Una cosa llamativa en la que se fija el lector en el mismo índice es que la acción toma lugar en tres marcos temporales distintos ya que hay capítulos en los que se describe los hechos acaecidos en 1975 (publicación del libro de Harry Quebert, como Quebert conoce a Nola, y en general, todos los hechos acontecidos antes de la desaparición y posterior asesinato de Nola), hay otros que narran como Quebert y Goldman se conocen en la universidad (en el año 1998) y, por último, el resto de capítulos se ambientan en la investigación de Goldman por Aurora (durante el 2008). Estos capítulos, en vez de respetar el orden cronológico de la historia, están intercambiandos para que los dos pasados puedan servir de accesorio para entender lo que pasa en el presente. Esto, que puede parecer de primeras algo muy complicado y confuso, consigue ser conciso gracias a la maestría del escritor que consigue delimitar los periodos temporales sin confundir del lector. De tal manera que Dicker consigue que, al mezclar tres periodos temporales en la historia, quede una historia mucho más sólida y perfecta y una investigación mucho más intrigante, que se desarrolla poco a poco de una manera apasionante.
Y es que, sin entrar en más spoilers, descubrimos durante la investigación que todo el mundo en el pueblo tiene secretos y es culpable de algo, que nadie es tan bueno como parece. El final en ningún momento resulta predecible y es un final muy digno para una historia que gira una y otra vez para seguir siendo fresca e intrigante cientos de páginas después.
Esta novela nos enseña que no hace falta la brutalidad del thriller nórdico ni la rapidez y adrenalina del thriller americano para hacer un thriller perfecto. Y es que, señores, el thriller definitivo viene directamente desde Suiza. El disfrutar de esta novela es una experiencia vital que, sin ningún atisbo de duda, recomiendo a cualquier buen lector
Lo peor de la novela: Las primeras 150-200 páginas se pueden hacer un poco tediosas al no haber empezado casi la investigación
Lo mejor: Los constantes giros de guión, como se va desarrollando lenta pera constantemente la investigación y su genial clímax, las tres líneas temporales que se entremezclan y hacen la historia más completa, el cómo al final todo el mundo es culpable de algo y nadie es tan angelical como parecía en un primer momento, las descripciones del pueblo, los muy interesantes personajes secundarios...
Nota: 10/10
Año de publicación: 2012
Editorial: Alfaguara
Autor: Joel Dicker
Portada:
Crítica:
Primero de todo, leí este libro sencillamente porque me lo recomendaron y me lo dejó un amigo, de tal manera que no tenía muchas espectativas con este libro que, además, era especialmente extenso comparado con los libros que había leído hasta ese momento (llegando a contar la edición de bolsillo con cerca de 800 páginas). Y, a pesar de que al principio se me hizo un poco tedioso, me acabó enganchando hasta límites inimaginables.
El libro trata, brevemente, de cómo, al más puro estilo Twin Peaks, un asesinato de una joven sacude un pequeño pueblo llamado Aurora. Concretamente, el cadáver de una adolescente llamada Nola Kellergan, desaparecida hace más de 30 años, es encontrado enterrado en el jardín de un reconocido escritor (llamado Harry Quebert) afincado en dicho pueblo. Quebert había trabajado previamente como profesor en cierta universidad en la cual impartió clases al protagonista de este libro, Marcus Goldman, el cual, después de un tiempo, acaba volviéndose íntimo amigo suyo; de tal manera que, cuando Marcus Goldman va a visitarle diez años después de verlo por última vez y se entera de que está imputado por el asesinato de una joven con la que aparemente tuvo una relación años atrás, decide ayudarle a demostrar su inocencia para librarle de la pena de muerte.
Aquí es donde empieza la investigación del asesinato cometido hace 33 años que va a ocupar toda la novela.
Una cosa llamativa en la que se fija el lector en el mismo índice es que la acción toma lugar en tres marcos temporales distintos ya que hay capítulos en los que se describe los hechos acaecidos en 1975 (publicación del libro de Harry Quebert, como Quebert conoce a Nola, y en general, todos los hechos acontecidos antes de la desaparición y posterior asesinato de Nola), hay otros que narran como Quebert y Goldman se conocen en la universidad (en el año 1998) y, por último, el resto de capítulos se ambientan en la investigación de Goldman por Aurora (durante el 2008). Estos capítulos, en vez de respetar el orden cronológico de la historia, están intercambiandos para que los dos pasados puedan servir de accesorio para entender lo que pasa en el presente. Esto, que puede parecer de primeras algo muy complicado y confuso, consigue ser conciso gracias a la maestría del escritor que consigue delimitar los periodos temporales sin confundir del lector. De tal manera que Dicker consigue que, al mezclar tres periodos temporales en la historia, quede una historia mucho más sólida y perfecta y una investigación mucho más intrigante, que se desarrolla poco a poco de una manera apasionante.
Y es que, sin entrar en más spoilers, descubrimos durante la investigación que todo el mundo en el pueblo tiene secretos y es culpable de algo, que nadie es tan bueno como parece. El final en ningún momento resulta predecible y es un final muy digno para una historia que gira una y otra vez para seguir siendo fresca e intrigante cientos de páginas después.
Esta novela nos enseña que no hace falta la brutalidad del thriller nórdico ni la rapidez y adrenalina del thriller americano para hacer un thriller perfecto. Y es que, señores, el thriller definitivo viene directamente desde Suiza. El disfrutar de esta novela es una experiencia vital que, sin ningún atisbo de duda, recomiendo a cualquier buen lector
Lo peor de la novela: Las primeras 150-200 páginas se pueden hacer un poco tediosas al no haber empezado casi la investigación
Lo mejor: Los constantes giros de guión, como se va desarrollando lenta pera constantemente la investigación y su genial clímax, las tres líneas temporales que se entremezclan y hacen la historia más completa, el cómo al final todo el mundo es culpable de algo y nadie es tan angelical como parecía en un primer momento, las descripciones del pueblo, los muy interesantes personajes secundarios...
Nota: 10/10
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