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El ministerio del Tiempo (S.3) o estudio de la obra de los hermanos Olivares (IV)

El ministerio del tiempo (Temporada 3):

Año de emisión: 2017
Creadores: Javier Olivares y Pablo Olivares (D.E.P.)
Lugar de emisión original: RTVE
Póster: 


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Crítica:

Después de meses de angustioso debate sobre la continuación o no de la serie, de ciertos problemas jurídicos con cierta serie americana ("Timeless" tienen la osadía de llamar a esta aburrida y de mal gusto copia de nuestro querido Ministerio [de verdad os digo que he visto algunos capítulos y es muy mala, os recomendaría no acercaros a ella por nada del mundo]), de la excelente noticia de que Netflix iba a aportar capital a la serie (permitiendo, así, a los directores filmar bastante más en exteriores y un aún mayor nivel técnico) y de la no tan excelente noticia de que Rodolfo Sancho (y, por tanto, de Julián) se iba definitivamente de la serie, argumentando que no le pagaban lo suficiente (valiente excusa pero tampoco quiero hablar de eso, que me hierve la sangre. De todas formas, agradezco y aprecio su aparición en la serie y voy a echar mucho de menos al personaje de Julián Martínez [no solo sus maravillosas referencias a la cultura popular, sino su fantástica historia de amor y sus valores; ya luego hablaremos de cómo su personaje desaparece de la serie]), se anunció al fin que se iba a empezar a grabar la ansiada tercera temporada de la serie, que se estrenaría un poco más tarde que sus dos temporadas predecesoras (que se estrenaron en febrero de sus respectivos años de emisión), concretamente un 1 de junio del año pasado. ¿Cuál será el resultado del abandono de Julián y, mas importante, de la ampliación presupuestaria por parte del tito Netflix? Vamos analizar la tercera (y de momento última) temporada de "El ministerio del Tiempo".

En el primer episodio (el XXII) presenciamos la muerte de Julián en una misión en el Teruel de la Guerra Civil (Me veo obligado a hacer un pequeño paréntesis sobre la muerte de Julián. Vale, sí, los planos de las trincheras y del funeral son, desde el punto de vista estético, una maravilla pero es que LO QUE HAN HECHO CON LA MUERTE DE UN PERSONAJE ICÓNICO NO TIENE NOMBRE. A pesar de mis no muy fundadas sospechas de que el dinero no era el único motivo de que Rodolfo Sancho abandonase la serie [cansancio o hartazgo quizás], ¿no podía haberse quedado a grabar unas pocas escenas para, al menos, asegurarse tuviese una desaparición en la serie mucho más digna que la que tuvimos que presenciar, apresurada y chapucera? En fin, vamos a dejar el tema Julián aparte y vamos a centrarnos en la crítica de la serie). Este suceso hace que Pacino (que estaba trabajando en el Ministerio del año 82, cuidando, mientras tanto, a su padre) tenga que volver a la acción y tenga que dejar la relación que tenía con una tal Marta (ojo, cuidao, que esto va a ser importante en la trama) para volver a trabajar con la patrulla mientras Salvador se recupera de los daños sufridos en el último capítulo de la 2ª temporada (el XXI). Al final del primer capítulo se desvela que esta Marta forma parte de una organización extraoficial y puede viajar en el tiempo, lo que dispara todas las alarmas en el Ministerio. Por otro lado, al final de la misión del segundo capítulo ( el XXIII de la serie), Salvador decide fichar a una joven Lola Mendieta en el año 43 (antes de que fuese siquiera captada por el Ministerio y, obviamente, antes de traicionarlo) confiando en que les va a ser de gran ayuda. En el sexto capítulo (el XXVII de la serie), descubren que el tío de Amelia, Pere Folch, viaja también por el tiempo y forma parte de la misma organización que Marta, los hijos de Padilla (cuya principal misión es acabar con las injusticias a través de la historia, no teniendo reparos en cambiarla para conseguirlo) y Amelia decide que no puede seguir igual con la ausencia de su querido tío, dejando el Ministerio temporalmente. En los siguientes capítulos, los hijos de Padilla amenazan en repetidas ocasiones al Ministerio, exigiendo que les devuelvan a Pere, que tenía un papel importante en la organización. Más adelante, Lola se une a la patrulla y, en la misión del capítulo 10 (el XXXI de la serie, descubren la existencia de otra organización un poco más violenta, El Ángel Exterminador, con otro objetivo bastante diferente (concretamente, el cambiar la historia para volver a los valores clásicos, de los tiempos de la Inquisición [realmente no hay mejor ocasión para afirmar "No one expects the Spanish Inquisition"]) que amenazan al Ministerio más desde dentro (concretamente chantajeando a Alonso). De tal manera que al final de la temporada se produce una guerra entre organizaciones en la que más le vale al Ministerio salir victorioso. Ésta sería la trama principal de la temporada, un poco más extensa y compleja que en las otras dos, pero sin lugar a dudas la trama más interesante.

Con respecto a los personajes, Amelia acaba su arco evolutivo con la historia con su tío, que es preciosa y te rompe el corazón (apoyada con unos flashbacks maravillosos) y mandando (para regocijo de todos) aún más (el momento con Lope, Cervantes y el candelabro es indiscutiblemente hilarante y genial). Todo el mundo se apenó cuando se fue de la serie pero (aparte de que Aura Garrido, la actriz, tuvo que abandonar la serie temporalmente por problemas personales) ¿vas a tomar tú las decisiones por ella? porque yo creo que nos quedó suficientemente claro que no. Podemos afirmar que, al contrario que Julián, tiene un final muy digno, emocionante y adecuado a su personaje. Por otro lado, ALONSO SUFRE UNA EVOLUCIÓN BESTIAL que acaba con el dilema de matar a cierto político famoso en el capítulo XII. Nacho Fresneda se desquita y nos muestra que no es, en absoluto, un actor de segunda dando vida a este Alonso que ve cómo tanto sus principios como su personalidad cambian irremediablemente a medida que va experimentando la relación con su novia y sufriendo el chantaje del Ángel Exterminador. De verdad que considero que el arco evolutivo de este personaje es perfecto y comparar el Alonso de final de temporada con el Alonso del piloto de la serie (el capítulo I) se convierte en una Misión Imposible. Pacino también gana potencial dramático y se convierte, a pesar de que algunas de sus tramas sobran, en un secundario de lujo que da gusto ver, ,aparte de sus impagables referencias, de los 80 por su honestidad y compañerismo. También hay cierta evolución si lo comparamos con el policía ochentero del capítulo X (el segundo de la segunda temporada). Los secundarios siguen siendo los mismos (aunque la verdad es que no me quejo), aunque la serie se encarge de darle a cada uno su momentazo: Ernesto con los moriscos y Felipe III, Velázquez con Goya, Angustias con la Verbena, Irene como líder de la resistencia en el último capítulo... Por último en los personajes recurrentes, vamos a dedicarle unas líneas al personaje de Lola Mendieta de joven. Anaís Schaff y Javier Pascual se encontraron en la difícil situación de decidir qué actriz debería de interpretar a ese muy interesante personaje del tercer relato de la novela y, ¿qué queréis que os diga?, considero que EL FICHAR A MACARENA GARCÍA FUE UNA DECISIÓN REDONDA. Si ya antes de verla en la serie, me parecía una buena actriz pero ya al ver cómo se enfrentaba al titánico desafío de interpretar a alguien tan igual y tan diferente al mismo tiempo al inolvidable personaje interpretado por Natalia Millán en las dos primeras temporadas me convenció que tiene tantas tablas como para fabricar una cabaña de 8 pisos. Poco a poco, esta joven pero talentosa hasta decir basta actriz se ha convertido en una de mis favoritas y en el Ministerio lo clava, haciendo un personaje valiente, atrevido, intenso, pero con preocupaciones y dudas que la hacen un personaje muy creíble e interesante a pesar del poco tiempo de pantalla que tuvo (al final me quedé con ganas de saber más de este personaje protagonista de auténticos momentazos (cuando salva a la patrulla en el capítulo XXVII o cuando se encuentra con su hija y con ella misma de mayor [mención especial al momentazo que protagonizaron Natalia Millán y Macarena García interpretando al mismo personaje pero con matices tan distintos... ¡Cuánto talento, por favor! No sé qué hacen en Hollywood que no se dan cuenta del enorme talento que desprenden todos los actores de esta serie] son sólo algunos ejemplos).

Centrándonos en los personajes históricos, nos encontramos a un notable Alfred Hitchcock, a un Goya muy convincente, a un Shakespeare interesante (a pesar de todo el tiempo de pantalla que pierde a favor de Cervantes y Lope, que ya se han convertido en unos personajes clásicos en el canon de la serie y siguen siendo muy gratificante verlos), a un muy logrado Buñuel (algo más mayor que la última vez que lo vimos), a un entrañable Papa Luna, a Abraham Leví (que vuelve a aparecer después de tantos capítulos introduciendo la gran revelación de que se puede viajar al futuro [*inserte música de "Doctor Who"*] y, como siempre, siendo maltratado. Pobre hombre, si es que lo pasa muy mal. Pray for him. Ahora en serio, mola volver a verlo), a un genial Simón Bolívar (aunque quizá el protagonismo se lo quede su diva y más que diva esposa, Manuela), a un conseguido Felipe III, a un creíble Adolfo Suárez y, por último, un icónico Chicho Ibáñez Serrador. Todos estos y más conforman un temporada con una variedad de géneros, épocas y personajes enorme que va a satisfecer a todos (aunque, como comentaré más tarde, algunos capítulos deberían de haber sido sustituidos) y, como siempre, nos va a enseñar mucho al mismo tiempo que nos divertimos, lo cual siempre es encomiable.

Vamos a la polémica. ¿Qué episodios me han gustado más y qué menos? En este caso, va a ser más intenso ya que los altibajos de la segunda temporada aquí son bastante más llamativos, pasando de capítulos que  dejan sin palabras a capítulos que directamente quitaría o sustituiría y prefiero, por una vez, empezar por lo malo para dejar al final un buen sabor de boca. Yendo al grano, el capítulo XXII (el primero de la temporada) no me gustó nada. Veníamos esperando un año desde el final de la anterior temporada y lo que nos dan para compensar la espera es un capítulo aburridísimo, en el que tienes la constante sensación de que no pasa nada, con la trama de Marta (que casi parece que para lo único que aparece, no sólo en este capítulo sino en el resto de la temporada para que le pregunten sobre la organización para la que trabaja, sin dejarle construir un personaje interesante) que sobra totalmente, un Salvador casi caricaturizado... Vamos, para mí, un desastre que sólo merece la pena por el propio personaje de Hitchcock (que está clavado y desgraciadamente tiene muy poco tiempo de pantalla) y las (no tan abundantes como para hacer el capítulo interesante) referencias a sus películas. Por otro lado, el capítulo XXIX (el octavo de la temporada) que da pena por muchas razones. Da pena porque es también muy poco interesante y muy aburrido teniendo una ambientación fantástica, un presupuesto alto y un Miguel Ángel Muñoz que hace todo lo posible para que el capítulo enganche, sin conseguirlo en ningún momento. La verdad es que, para grabar un episodio en América yo hubiera preferido una adaptación del segundo relato de la novela que, a pesar de que pasa la mitad del episodio en un barco, lo hubiera encontrado más fresco y mucho más interesante. Pasando a lo bueno, tenemos los capítulos XXVI y XXX (el quinto y noveno de la temporada, respectivamente) que, sin ser los mejores, entretienen a rabiar (el uno con la hilarante pelea de egos de Lope y Cervantes y lo que va a causar a llegada de Shakespeare y el otro con los teorías metafísicas [que casi parecen sacadas de la serie de nuestro señor del tiempo favorito de la que ya hablaré más adelante] sobre viajes en el tiempo, el inevitable encanto del Papa Luna y los badass Templarios) y recuerdan a los principios de la serie; el capítulo XXIII (el segundo de la temporada) como una muy buena adaptación del último relato de la novela, que nos mantiene en tensión, nos emociona y nos presenta al personajazo de Lola Mendieta joven; el XXXI, con una mezcla de épocas muy curiosa, cierta crítica social al tema refugiados; la parte de Simón Bolívar es maravillosa y demuestra que se pueden hacer buenos episodios en América; el XXXIII, un capítulo muy interesante y muy intenso con un Adolfo Suárez al que le coges cariño, con un Alonso inmenso y que se las apaña para cerrar la trama principal de una manera muy épica. Yendo ya al TOP 3, los episodios que más me gustaron (no necesariamente en este orden) fueron el XXIV (el tercero de la temporada) que me pareció una maravilla a nivel técnico, un episodio que un poco como "El Resplandor" explora como el ambiente de un lugar (en este caso ese maravillosamente ambientado pueblo de mediados del siglo XIX) cambia totalmente a la gente, una estética paranormal muy chula con una aproximación al mundo de la brujería que me dejó con los ojos abiertos, un personaje (a pesar de que aparece Bécquer en el capítulo, la gran protagonista es esa viajero del tiempo) totalmente entendible y que tiene un final muy emotivo; el XXVII, un capítulo cuya primera mitad se basa en una historia sobre la esclavitud muy bien hecha, vista desde el punto de vista de los explotadores y de los explotados y que recuerda a la fantástica "Raíces" (por cierto, aquí también van a América [a una muy bien hecha Cuba] y lo hacen muy bien, la redención de los episodios en América es posible) y luego pasa a centrarse en el dilema que tiene Amelia sobre qué hacer con su tío, si prima más el afecto o la sensatez (de verdad, una historia de amor fraternal preciosa con unos flashbacks sorprendetemente oportunos), con la entrada súper badass de Lola Mendieta para salvar el chiringuito y el demasiado emotivo final; y, por último, el capítulo XXXIV, el último de la temporada (no digo de la serie porque parece ser que va a haber cuarta temporada con menos capítulos, eso sí) que, aprovechando que en el anterior capítulo ya le dieron un final a la trama central y en éste no tenían que seguir ninguna trama, quisieron hacer un homenaje a todo: al mundo de la televisión (con el mítico Chicho, muy bien interpretado además y algunas referencias a, entre otras, "Curro Jiménez", una serie que marcó una época), a la serie en sí misma (con una especie de parodia bastante graciosa, que seguirá siendo mejor que "Timeless") y, sobre todo, a Orwell, a Huxley y a los maravillosos futuros distópicos (con ese mundo en el que los viajes en el tiempo se han privatizado, organizan viajes turísticos y condenan a la casi extinción a algunos en un juego violento y peligroso [menos mal que está Irene que si no...]). Por otro lado y, muy sorprendentemente, Luis Larrodera lo borda como un muy interesante antihéroe con redención y la escena final con todos pensando qué hacer es algo que hace que nos planteemos tantas cosas... Para mí la serie debería haber acabado aquí, con este total homenaje que salió redondo y ese final que, aunque sea abierto, todos sabemos que nada volverá a ser lo mismo. Pero bueno, ya se ha hablado sobre una posible cuarta temporada (a ver si van a estirar mucho el chicle y se les va a romper, yo lo dejo ahí) y, si eso, cuando salga, ya hablaré de ella.

Resumiendo, esta es una temporada muy ambiciosa y arriesgada en la que se nota mucho la subida de presupuesto que, en algunas ocasiones, está usado para hacer verdaderos capitulazos y, en otras, verdaderos fiascos. A pesar de los altibajos, la serie sigue teniendo su esencia y siendo en ocasiones muy entretenida, los personajes completan muy satisfactoriamente su arco evolutivo, la inclusión de la joven Lola Mendieta (y de otros personajes no recurrentes) es un acierto a todos los niveles, la labor actoral es mucho más que sobresaliente y tiene momentos que parecen de Hollywood. La variedad y lo didáctico de las diferentes misiones es algo que se sigue agradeciendo y la trama central es muy interesante. Muy recomendable en su conjunto.

Nota: 9/10

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