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Análisis de la trayectoria de Henry Selick o Especiales Halloween 2018 (I)


Pues sí, después de un mes y medio de tortura y agobio estudiantil, ya estoy de vuelta. ¿Y qué mejor ocasión para retomar mi actividad en este blog que con el especial que (casi) lo empezó todo? Ya ha pasado un año y volvemos a estar en estas fechas tan señaladas en las que los muertos parecen volver en un ambiente neblinoso y tenebroso pero, por encima de todo, mágico y fascinante. Para celebrarlo, voy a subir a lo largo de esta semana unos cuantos artículos sobre diferentes productos audiovisuales perfectos para estas fechas. Procedo a inaugurar esta semana de especiales con un artículo bastante más largo que lo normal (que puede servir como compensación por todas estas semanas con una escasez preocupante de artículos, pero que aún así me parece un tema muy interesante para tratar). Empezemos.

Henry Selick es un director de animación que tuvo la suerte de adaptar grandes historias de grandes mentes pensantes como el Tim Burton de los 90, Roald Dahl o Neil Gailman (vamos a hacer como si Monkeybone no existiese, así será mejor para todos) con un estilo muy personal. Se rodeaba siempre de un equipo de animadores muy competente que le permitieron sacar películas con una factura técnica sobresaliente dominando completamente técnicas como la transición entre imagen real y animación y, sobre todo, el stop-motion. Tanto yo como mi compañero Javi Larriba (el cual ya colaboró en el artículo pasado; esperadlo en otros tantos, la verdad es que me ayuda mucho y considero que sus críticas son también muy acertadas) consideramos que este hombre debería tener más reconocimiento y que el stop-motion es un arte que no estamos sabiendo explotar. A raíz de ello, hemos decidido realizar una reseña conjunta de dos de sus mejores películas (ambas de stop-motion y con una estética adecuada para estas fechas): Pesadilla antes de Navidad y Los mundos de Coraline. Sin más dilación, vamos a ello:

Pesadilla antes de Navidad (escrito por Javi Larriba)

Título original: The Nightmare Before Christmas
Año de estreno: 1993
Otras películas interesantes estrenadas ese mismo año: Parque Jurásico, La lista de Schindler
Director: Henry Selick (Y no Tim Burton)
Póster:

Resultado de imagen de poster the nightmare before christmas

Crítica:

Como fanático de la animación que soy esta película era un must-see para mí.  En estos últimos años la animación ha ido ganándose una aceptación cada vez mayor como arte y no solo como una forma de distraer a los niños más pequeños. Desde series actuales como Steven Universe o Gravity Falls (de la cual ya hablé sobre su primera temporada), hasta el ya muy popularizado anime nipón. Sin embargo, hay un género dentro de la animación que no es tan apreciado y que desgraciadamente no hay tantas películas de él, habló como no del stop motion. Con estas reseñas quiere dar a conocer películas y series de animación de todo tipo; ya sea CGI, animación tradicional, Occidental o japonesa; todas merecen el mismo reconocimiento. Por lo tanto, debido a la época, y a que hoy va a ser el 25 aniversario de la película,  pensé que este sería un buen momento para hablar de esta gran película y así aprovecho para hablar del género.

La película empieza con una de muchas magníficas canciones compuestas por Danny Elfman. En ella se ve como los ciudadanos de la Ciudad de Halloween celebran dicha festividad. Entre los habitantes de la ciudad podemos ver todo tipo de criaturas: fantasmas, brujas, vampiros y sobre todo a nuestro protagonista, Jack Skellington. Jack es aclamado por todos en la ciudad, pero solo alguien le quiere por más que por la estrella que es, y esa es Sally, una chica zombie que está enamorada de Jack pero no se atreve a confesarse.

A pesar de ser adorado por todos en la ciudad Jack no puede evitar sentir un vacío en él tras celebrar año tras año la misma fiesta y está cansado por la monotonía de su vida. La única que sabe esto es Sally que no puede evitar sentir lástima. Jack decide dar un paseo con su perro fantasma Zero para despejar un poco su mente. Tras horas caminando pierde la noción del tiempo y acaba en un misterioso bosque con muchas puertas. Dichas puertas tienen todas formas diferentes que representan diferentes fiestas. Jack se siente atraído hacia una de ellas con la forma de un árbol de navidad y la abre, accidentalmente siendo arrastrado a la Ciudad de la Navidad. Allí encuentra un lugar lleno de alegría y felicidad. La siguiente escena es de sobra conocida por todo el mundo, Jack lleno de curiosidad y jovialidad cual niño en su cumpleaños empieza a vagar por la ciudad cantando sobre como su nuevo descubrimiento consigue devolverle la emoción a su vida.

Mientras tanto en la Ciudad de Halloween todos están asustados y conmocionados por la repentina desaparición de Jack. El alcalde especialmente está alcanzando un nivel de ansiedad casi neurótico porque quiere empezar ya a preparar el próximo Halloween. Por suerte para nuestros preocupados ciudadanos Jack finalmente aparece, mucho más feliz que antes y en un trineo lleno de adornos, bolas de nieve y demás ornamentos de la Navidad. Jack convoca una asamblea en el ayuntamiento para hablarles a todos sobre la Navidad. Al final hace la proposición a toda la ciudad de que ese año sean ellos quienes preparen la Navidad. Todos en la audiencia se muestran muy entusiasmados por la idea, aunque ninguno de ellos realmente entendió de que trataba la Navidad. Jack decide llevar sobre sus hombros el papel principal y hacer de Santa Claus (o como ellos lo llaman, Santa Clavos) para la ocasión. 

Así pues, todos se ponen manos a la obra para preparar esta peculiar pero muy entretenida Navidad. Es muy gracioso ver cómo mientras los elfos en la Ciudad de la Navidad preparan una Navidad convencional y tranquila los habitantes de la ciudad de Halloween preparan una totalmente diferente. En vez de dulces meten arañas en los calcetines, en vez de juguetes envuelven cabezas reducidas y serpientes, si tan solo añadieran globos podrían hacer el corte para una novela de Stephen King. Todos ponen mucho esfuerzo y entusiasmo en preparar esta especie de quimera de Navidad, pero nadie está tan emocionado como Jack y Sally. Jack porque por fin vuelve a sentir felicidad y Sally porque Jack vuelva a estar contento y por poder ayudarle cosiéndole el traje de Santa Claus. Esto es hasta que recibe una premonición en una flor, esta le indica que los intentos de su amado acabaran en desastre. Ella intenta avisarle, pero este no la escucha y prosigue con su plan.

Como uno de los objetivos clave en el plan de Jack estaba el poder concederle al verdadero Santa Claus un día de descanso. Para esto pide a los tres gamberros de la ciudad que vayan a buscarle. Estos son la panda de Oogie Boogie compuesta por Lock, Shock y Barrel. Jack les hace prometer que lo traerán sano y salvo y que Oogie Boogie no se entere de nada referente a Santa Claus. Dan su palabra, ¿pero que vale la palabra de unos mentirosos? Finalmente llega el día de Nochebuena y todos los preparativos están listos. Los 3 diablillos traen a Santa Claus en un saco y se lo enseñan a Jack. Santa Claus trata de explicarles que su idea es un despropósito, pero todos le hacen caso omiso y siguen con el plan. A Santa Claus se lo confían a los niños de Oogie Boogie (una de las peores decisiones que pudieron haber tomado) y estos se lo llevan a Oogie Boogie, un ser que tiene apariencia de fantasma aunque claramente tiene masa y parece tener por piel una especie de saco con costuras. Oogie Boogie decide aprovecharse del viejo y divertirse a su costa. Este entretenimiento incluye tortura e intimidación mediante juegos de azar como ruletas o dados en los que pone continuamente en peligro la vida de Santa Claus.

Mientras todo esto ocurre Jack (totalmente ignorante de la situación de Santa Claus) despega en su trineo a repartir los regalos de Navidad. Esta es de las mejores partes de la película, pues el entusiasmo de Jack es contagioso y es imposible no pasártelo bien cuando él se lo está pasando igual de bien. Las reacciones de los niños y los padres al recibir los regalos tan macabros actúan de perfecto acompañamiento a esta gran escena. La escena es muy similar a una de la película Gremlins, cuando los monstruitos toman la ciudad, ambas escenas son un poco siniestras (una definitivamente más que otra) pero la diversión caótica de tanto Jack como los Gremlins las hacen muy disfrutables. Todo el caos causado por Jack acaba desembocando en que el ejército tenga que tomar cartas en el asunto y derribar a Jack con misiles. Todos en la Ciudad de Halloween ven esto atreves de una fuente que usaban para observar a Jack y lamentan la supuesta muerte de su tan aclamada estrella. Sally antes de que todo esto pasara fue a intentar rescatar al verdadero Santa Claus, pero fue atapada en el proceso. 

Jack derribado y magullado lamenta todo lo que ha pasado. Vuelve a sentirse mal, pues todo lo que intentó acabo en fracaso, y lo único que intento fue hacer feliz a la gente. Tras unos momentos de aceptación llega a la conclusión de que realmente da igual que haya triunfado o fracasado, pues lo intentó y para él el poder sentirse otra vez alguien especial y el haber tenido la oportunidad de siquiera haberlo intentado le basta. Tras esto se da cuenta de que todavía puede estar a tiempo de enmendar su fracaso, por lo que vuelve corriendo a la Ciudad de Halloween a buscar a Santa Claus. Va hacia la casa de los chicos a los que encargo cuidar de Santa Claus, pero cuando llega hay oye las voces de este y Sally suplicando por ayuda. Baja al sótano para encontrarse allí a Oogie Boogie jugando a los dados con la vida de sus amigos en juego. Jack rescata a sus amigos, y tras un enfrentamiento con muchas trampas y trucos consiguen derrotar a Oogie, revelando que realmente solo era un saco lleno de bichos.

A continuación, Santa Claus se marcha a salvar la Navidad, no sin antes advertir a Jack de tener cuidado con las consecuencias de sus actos. Seguido de esto aparecen el alcalde y los 3 chicos de Oogie Boogie maravillados de que Jack hubiese sobrevivido al impacto del misil. Todos juntos vuelven a la plaza central de la ciudad donde el resto de habitantes los reciben entre vítores. Cómo regalo de despedida Santa Claus hace que nieve sobre la ciudad y todo el mundo empieza a experimentar lo mismo que experimento Jack cuando llegó a la Ciudad de la Navidad. Todos juegan en la nieve hacen muñecos y se divierten. Todos menos Sally, que va a una colina un poco alejada para poder descansar un poco. Jack la sigue, y tras un muy bonito dueto ambos sus sentimientos hacia el otro y se besan.

Lo peor de la película: Aunque para nada malo, la trama de la película es un poco simple y no deriva en demasiadas sorpresa o giros de guion.

Lo mejor de la película: Demasiadas cosas como para contarlas todas, aunque las más destacables serian: la personalidad tan atrayente y pintoresca de todos los personajes, especialmente del protagonista; la maravillosa banda sonora compuesta por el grandioso Danny Elfman, especialmente esas grandes canciones que no son solo recordadas 25 años después, sino que también sirven para progresar la historia.

 También quiero hacer una mención especial al aparado estético de la película, aunque solo fuese su productor, la influencia de Tim Burton se nota por todas partes, este singular estilo (con muchos elementos oscuros, castillos embrujados y formas en espiral) se benefició al máximo de las marionetas del stop motion para crear una atmosfera y escenas tan memorables como las del lamento y beso de Jack en la colina o la ya previamente mencionada escena en la que Jack entrega regalos haciéndose pasar por Santa Claus.

Definitivamente una película que sorprenderá a cualquiera, le guste o no la animación o mismamente las fiestas en las que se inspira.

Nota: 9,2/10


Los mundos de Coraline (por ese ser que empezó este blog hace ya un año):

Título original: Coraline
Año de estreno: 2009
Otras películas interesantes estrenadas ese mismo año: Up, Sherlock Holmes, Ángeles y demonios, Avatar
Póster:

Resultado de imagen de poster coraline

Crítica:

16 años después del exitazo que supuso Pesadilla Antes de Navidad, Selick vuelve por todo lo alto: adaptando una historia de Neil Gailman con un stop-motion más limado e incluso tridimensional. A pesar de que esta película no gozó ni mucho menos de la popularidad de la película que empezó con su carrera en el año 93, considero que es una película muy interesante y muy disfrutable sobre todo en estas fechas. Esto es Los mundos de Caroline:

La película empieza cuando Coraline Jones se muda, junto con sus padres, a una casa apartada de localización desconocida. Sus padres son dos botánicos muy ocupados y ocecados en hacer un catálogo de plantas para luego venderlo y no tienen tiempo para prestar atención a la pobre Coraline, que se dedica a explorar su nuevo hogar y lo que lo rodea. Resulta que los únicos vecinos de los que dispone son un chaval de su edad algo especial (aunque he de reconocer que su outfit de motero se ve genial; lo hubiera preferido a él como el Motorista Fantasma que a Nicholas Cage, la verdad) llamado Wybie que vive con su abuela en una casa cercana y que no tardará en hacer amistad con Coraline, regalándole una muñeca de aspecto muy similar al suyo que encuentra en casa de su abuela (ojo con esto, que va a ser el desencadenante de la trama), un gatete que luego va a tener más protagonismo, el señor Bobinsky (su vecino de arriba), un artista de circo semiretirado procedente (probablemente) de Rusia y que ha montado un circo de ratones saltarines o jerbos y las señoras Spink y Forcible (las vecinas de abajo), dos actrices de teatro retiradas que ahora se ven forzadas (muy a su pesar) a convivir y que resultan tener un don para el esoterismo. Por otro lado, descubre la existencia de una pequeña y misteriosa puerta en una sala de su nueva casa, que acaba siendo abierta con la ayuda de su madre pero que conduce a una decepcionante pared de ladrillo.


Sin embargo, esa noche se despierta sobresaltada y sigue a un ratón que consigue entrar por la puertecita en cuestión. Al abrir la puerta, la pared de ladrillos ha desaparecido y atraviesa un pequeño túnel que le lleva a otra puerta que conecta con una casa muy parecida a la suya. Allí se encuentra una versión mejorada de su vida en la cual sus padres hacen lo que ella quiere, tienen un jardín precioso, tocan el piano... Sin embargo, hay un elemento diferenciador importante: todos los habitantes de ese otro mundo tienen botones cosidos en su cara en vez de ojos (que da un efecto visual increíble). Al dormirse en su más colorida y divertida habitación, acaba despertando de nuevo en el mundo del que vino. Los siguientes días vuelve repetidamente a ese otro mundo por la noche en el que conoce a un Wybie que es incapaz de hablar (ella no soportaba lo charlatán que era en el mundo real) y asiste a mágicos y espectalures shows organizados por sus vecinos del otro mundo (en resumen, se lo pasa bomba). Sin embargo, las cosas empiezan a descarrilar cuando sus otros padres le sugieren y, de hecho, la presionan para que se cosa unos botones en los ojos.

Aquí es donde empieza la [Zona spoiler] y donde, de hecho, la peli se pone intensita. Resulta que su madre del otro mundo resulta ser una bruja muy poderosa que ha tejido una red en la que Coraline y otros niños en el pasado caen poco a poco. Dicha entidad usa unas muñecas tejidas con el mismo aspecto que sus potenciales víctimas que le sirven como ventanas al otro mundo, en el que puede observar la vida de ciertos niños y asegurarse de crear una realidad en la que todo es mejor, con el fin de conseguir que los niños finalmente accedan a coserse los botones, dándole así su alma a la criatura. Resulta que, mientras Coraline volvía a su mundo, aterrorizada, la bruja secuestró a sus padres encerrándolos en una bola de cristal y para rescatarlos, Coraline tendrá que hacer una peligrosa apuesta en la que tendrá que encontrar en tiempo límite los ojos de los niños fantasmas (aquellos que habían cedido a coserse los botones, entre los que están la hermana desaparecida de la abuela de Wybie) que habitan en esa realidad paralela y a sus padres para que la bruja la dejase en paz. Con la ayuda de un artefacto extrasensorial que le habían dado previamente las vecinas de abajo y del gatete (que resulta que también puede viajar a través de la puerta y en esa realidad es capaz de hablar) consigue cumplir el reto en un mundo perfecto que se está corrompiendo, desvelando, degradando y, en definitiva, cayendo en pedazos, llevándose con él la vida de la bruja que sin embargo tiene una última carta que jugar. Su garra metálica está vivita y coleando y persigue a Coraline en su vuelta a su mundo. Al final, entre ella y Wybie consiguen matar lo último que quedaba de la bruja, lanzándola junto con la llave de la puerta a un pozo muy profundo...

Puede que el arguemento os haya parecido algo confuso, pero es que en esta película realmente es lo de menos. Lo que más llama la atención de esta película es lo bella que es visualmente. El stop-motion está tan bien hecha que se siente la mayoría de las veces como una película dinámica y fluida y la película vuelve a estar plagada de ideas visuales imaginativas y espectaculares al igual que Pesadilla antes de Navidad. La película tiene un estilo visual fascinante que maravilla constantemente.

Por otro lado, la película (sin dar miedo per se y moviéndose controladamente en el farragoso terreno de lo perturbador) consigue crear una atmósfera cada vez más cargada a medida que se va desarrollando que explota en un final de infarto (resulta terrorífico como el otro mundo se desvela y se corrompe, cómo todos los seres de ese mundo están obligados a hacer lo que diga la bruja siendo al final sacrificados vilmente mientras que el mundo se desmorona, cómo la bruja se convierte en una araña deforme [un simbolismo perfecto para la idea de la red que expuse antes] y os juro por Steven Moffat, nuestro señor, que esa maldita mano me traumatizó muy fuertemente la primera vez que vi esta peli y es un monstruo despiadado y j*didamente peligroso).

A pesar de no tener un guión muy elaborado, hay momentos en él muy inteligentes que nos sirven como pistas para eventos futuros (el mayor ejemplo de esto son la evolución de los diálogos que sostiene Coraline con sus otros padres y cómo sus indicaciones sutiles de sus intenciones [al volverla al ver para refrescar me di cuenta de esos pequeños detalles que se me habían escapado la primera vez que la vi; realmente esto le da un valor de revisión importante y recomiendo revisionarla de vez en cuando en fechas como estas] se van convirtiendo cada vez en más insistentes y agobiantes a medida que van ganando su confianza). La banda sonora, a pesar de no destacar es muy bonita y cumple y los puntos cómicos no desentonan.

Quizás lo que más diferencia a esta película de la otra es que ésta, a pesar de usar mundos y elementos fantásticos, se ambienta en el mundo real y trata problemas y conflictos reales. Selick hace aquí una película más personal, más realista, más controlada pero también más arriesgada pero lo hace divinamente y es esto lo que hace que la película sea algo especial. En la película se encuentran temas como cómo el trabajo excesivo deforma al ser humano (en una referencia bien buscada a La Metamorfosis kafkiana), la necesidad de lo diferente y la diversidad y cómo el ayudarse y apoyarse mutuamente acaba siendo beneficioso para todos (lo que se traduce en que, en la peli, los padres necesitan tanto a su hija como ella los necesita a ellos) que no sólo son provechosos para los niños sino también para todo tipo de público.

Finalizando, nos encontramos ante una película con una estética preciosa y momentos perturbadores ideal para ver en Halloween, que atrapa y angustia al espectador al mismo tiempo que le enseña varias lecciones y le entretiene y maravilla a partes iguales. Una poderosa fábula con un poderoso mensaje. Gracias por tanto, Henry Selick.

Nota: 9,6/10

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