Supernatural (Temporadas 3 y 4):
Años de emisión: 2007-09
Showrunner: Eric Kripke
Lugar de emisión original: The CW
Logo (el de la temporada 4, para ser exactos):
Sí, sé que ya no estamos en la semana de Halloween y que han pasado siete días exactamente desde esta fecha, pero, como ya comenté, el último artículo me requirió mucho más esfuerzo del que esperaba y se me echó el tiempo encima. Así que, como quería continuar hablando de esta serie (tenéis un artículo hablando de sus dos primeras temporadas en los especiales de Halloween del año pasado) y ya siento algo de morriña de la atmósfera de esta festividad, vamos a alargarla y vamos a pretender como si todavía fuese la Fiesta de los Muertos para hablar una vez más de los hermanos Winchester (sí, el pub de Shaun of the Dead se llamaba igual, ¿coincidencia?). En concreto, voy a centrarme en las dos temporadas que continúan con las aventuras de las dos primeras, la tercera y la cuarta que, por diferentes motivos, resultan de especial relevancia en la serie en general (que mira que es larga que la temporada que están emitiendo ahora, la 15, dicen que va a ser la última [quizás se les ha ido algo de las manos, pero no voy a juzgar sin haberlas visto todas]). La tercera es la temporada con menos capítulos de toda la historia de la serie, con un total de 16. La cuarta, en cambio, introduce un elemento que aporta un nuevo personaje recurrente y una expansión brutal del lore de la serie. Sin más dilación, voy a ello. Como planeo seguir la estructura de la anterior reseña de esta serie (cuatro párrafos con línea argumental, personajes, capítulos a mencionar y conclusión en cada temporada) es posible que el artículo sea algo corto, pero es lo que hay, que bastante hago.
Crítica:
AVISO IMPORTANTE: Como voy a hacer bastante hincapié en detalles argumentales en ambas temporadas, va a haber SPOILERS EVERYWHERE. Si no habéis visto todavía la serie, id a echar un vistazo al artículo que mencioné antes, echadle un vistazo al planteamiento de la serie y, si os llama la atención, vedla que os va a sorprender. Sin más, a ello.
3ª temporada:
Dean, destrozado por la muerte de Sam, no pudo resistirse y procedió a hacer un acuerdo con un demonio que resultaría en su muerte dolorosa en un año al final de la anterior temporada. Ahora, Dean actúa despreocupadamente intentando ignorar lo evidente mientras que Sam se siente cada vez más culpable e intenta salvarlo de su trágico destino por todos los medios. Por otro lado, la desconfianza de Dean con respecto a la nueva actitud de su hermano después de la resurrección crece cada vez más. Esta es la aparentemente simple premisa de una temporada que, como analizaré, sabe usar muy bien su corta duración para impactar en el espectador con bastante agudeza.
Con respecto a los personajes, llama la atención de esta que es una temporada particularmente coral al incluir muchos personajes de anteriores temporadas, dejar a otros por el camino e introducir a nuevos personajes recurrentes. Es verdaderamente en esta temporada en la que vamos a empezar a ver cómo los personajes principales se abren en canal y rompen las apariencias bajo las que esconden sus inseguridades más fuertes y esto es algo verdaderamente interesante. El personaje del que se saca más jugo aquí es Dean. Su actitud pasota al principio que escondía su más que evidente miedo pretendía calmar a Sam pero consigue todo lo contrario. Su preocupación por el estado de su hermano puede justificar un aumento en su violencia, su determinación y su ira a la hora de actuar de Sam, pero en Dean ya crece la semilla de la duda, claramente regada por las últimas palabras de Azazel que le advertían de que, a lo mejor, lo que volvió de la tumba, no es 100% su hermano. La legítima preocupación que sienten el uno por el otro se convierte en desesperación cuando el tiempo se va acabando y, como cada uno tiene un anhelo y una manera de reaccionar a la tragedia anunciada diferente, los dos hermanos van a chocar en más de una ocasión, haciendo que su dinámica de dúo de acción sea interesante y realista. Los flashbacks que se ven de su pasado también ayuda a entender la actitud de uno y de otro e ilustra con cierta emoción lo cruel que puede resultar el mundo de los incesantes cazadores paranormales. Pero, bueno, en algo coral, hay mucho más que los dos protagonistas. Vuelven de las anteriores temporadas en plena forma personajes como Gordon Walker (que recibe su merecido en un capítulo cruel pero supongo que justo), el agente Henriksen (que, como siempre, va a seguir haciéndoles la vida imposible a los hermanos pero aquí se va a meter en algo que está bastante más allá de su control, también un episodio bastante cruel que configura el nivel de la amenaza a la que se enfrentan), los Ghostfacers (a pesar de seguir siendo a veces el alivio cómico, se enfrentan en esta ocasión a algo que los supera y van a sufrir como condenados al lado de los Winchester, lo que les da algo más de profundidad emocional y credibilidad), Bobby (que, a cada temporada que pasa, tiene más importancia y, si bien hasta ahora no era más que un personaje secundario que ayudaba cuando podía, ahora podemos echar un vistazo dentro suyo gracias a esta pesadilla aterradora que se nos enseña) y, por supuesto, no podía faltar el Trickster (la balanza entre comedia y peligro que encarna este personaje normalmente se inclina bastante más aquí por la segunda al querer darle una lección que va a destrozar Sam de la manera más directa posible). Si bien se echa de menos la presencia aquí de los integrantes de la crew de la taberna de la anterior temporada (realmente les había cogido cariño), la serie introduce dos nuevos personajes recurrentes bastante interesantes. Por un lado tenemos a Bella Talbot, una hábil y astuta ladrona y contrabadista de objetos paranormales que es realmente divertido de ver y explora otras posibilidades para los humanos en el mundo sobrenatural. Por otro, se nos presenta a Ruby, un demonio que les salva usando un cuchillo todopoderoso en el primer capítulo y que, desde ahí en adelante, les ayuda en todo lo que puede, no teniendo al principio la confianza de los dos hermanos, en especial de Dean. A pesar de que tiene buenos momentos, va a dar más juego en posteriores temporadas.
Ya para acabar, mis capítulos favoritos diría que son el primero (una muy curiosa interpretación de los mitos bíblicos con introducción de personajes importantes), el tercero (un capítulo que puede parecer algo ridículo pero que resulta más angustioso de lo que pueda parecer e introduce a Bella de una buena manera), el quinto (una interpretación oscura, sorpresiva y satisfactoria de cuentos clásicos), el séptimo (una manera muy inteligente de acabar el arco de Gordon Walker con algunos aspectos algo crueles que adelantan el tono de lo que está por venir), el octavo (los flashbacks aportan mucha información sobre las motivaciones de los hermanos y la amenaza resulta más peligrosa y oscura que en otras ocasiones), el décimo (con una ambientación muy conseguida, nos introduce en la mente de Bobby, permitiéndonos al fin saber algo más de él), el undécimo (el cómo el Trickster enseña a Sam la cruda realidad de una manera tan cruel es algo digno de ver y realmente los momentos antes del final son desgarradores), el duodécimo (un capítulo angustioso que nos recuerda el tremendo peligro que acecha a los hermanos y que acaba sin contemplaciones con el pobre Henriksen), el décimo tercero (el cómo los Ghostfacers dejan atrás su faceta de alivio cómico para abrirse algo emocionalmente es también digno de mención y la crueldad va en aumento), el décimo quinto (un monstruo genial y que provoca verdadero miedo, una genial ambientación y una ocasión de oro para ver en primer plano la angustia y la desesperación que sufren los protagonistas, una gran antesala para el final) y, cómo no, el décimo sexto y último (si pensabais que la angustia, la oscuridad y la crueldad no podían llegar a más esta temporada lo lleváis claro: la tensión reina en un capítulo que ejemplifica el mal detrás de la criatura que los atormenta y lo que esta es capaz de hacer, posiblemente uno de los mejores finales de temporada de una serie que yo haya visto).
Resumiendo, esta es una temporada que sabe usar inteligentemente su corta extensión para minimizar lo más posible los capítulos que dejan un poco frío (que, para mi gusto, serían solo el sexto, el cuarto y el décimo cuarto) y potenciar unos capítulos guiados por el retorno de personajes antiguos y la introducción de algunos nuevos e interesantes que hacen de ésta una temporada coral y muy entretenida de ver. La oscuridad, la crueldad y la desesperación de los hermanos va en aumento y la combinación de esto con la cantidad de personaje ayuda a dar la impresión de que esta supone un antes y un después en la serie, cosa que efectivamente así es. Una pena los capítulos reguleros porque está bastante bien.
Nota: 8,5/10
4ª Temporada:
Sam, destrozado por la muerte de su hermano, se refugia en los brazos de Ruby y, algo envalentonado por ella, decide potenciar su poder psíquico para poder batallar demonios sin la ayuda de su hermano y así ayudar a la gente mientras que él no esté. Sin embargo, lo que menos se espera es que Dean despierte meses después y parezca estar en perfectas condiciones si bien su mente está muy afectada por lo tuvo que ver, sufrir y hacer allí abajo. Ninguno de los dos es nada parecido a lo que eran antes e, investigando, acaban descubriendo que los demonios están preparando un plan que puede desencadenar algo muy gordo y que están recibiendo ayuda de arriba para combatir una guerra para la que no están preparados.
Si bien en la anterior temporada se jugaba sutilmente con la idea de que Sam y Dean habían cambiado y esto provocaba algunos amagos de conflicto entre ellos con bastante ambigüedad, aquí ya van a por esa idea sin sutilezas, de lleno. Los acontecimientos de los últimos meses han marcado a ambos, haciéndolos cambiar bastante. Sam ha estado ayudando a la gente pero, a costa de volverse más poderoso, se ve afectado por su naturaleza demoníaca que empieza a hacerle algo más violento y ambicioso. Además su contacto con Ruby se hace mucho más fuerte y eso también lo afecta, especialmente por lo de beber la sangre que se convertirá en un problema. Está totalmente obsesionado con vencer a Lillith y evitar el apocalipsis y lo hará de todas las maneras posibles. Detrás de sus motivos no está solo ayudar a la gente, sino también conseguir salir de una vida que está pudiendo con él y con la que, sin embargo, cada vez está más unido. Sam es el personaje más tratado en esta temporada en contraposición con la anterior, aunque el otro hermano tampoco se queda atrás. Dean no quiere reconocerlo pero su estancia en el infierno le ha hecho hacer cosas que nunca pensaba que fuese a hacer. Sigue ayudando a la gente pero está algo desencantado y deprimido por las consecuencias morales y prácticas de sus actos allá abajo. Ya lo que le faltaba es ser el principal peón de una guerra entre el cielo y el infierno para la que no está en absoluto preparado y además ver a su hermano Sam diferente, peligroso. Hablando del cielo, tenemos que hablar de los ángeles y es que los cuatro que aparecen aquí son muy diferentes y ayudan a dar diferentes visiones de la situación que está tomando lugar. Estos cuatro son Castiel, Anna, Uriel y Zacarías. Y los cuatro son personajes bastante interesantes. Los dos que menos se exploran son Uriel y Zacarías pero, siendo uno el gran traidor a la causa y el otro el gran seguidor sin preguntar ayudan a localizar los extremos en este bando heterogéneo, dudoso, dividido. Anna es la gran líder que, sin embargo, empieza a preguntar demasiado, a tirar de la manta y no tarda en ser castigada, cambiada. Su arco de redención está bien buscado y lo poco que se explora su relación con Castiel es realmente interesante. Porque, sí, el personaje mejor tratado es Castiel, que es, lógicamente, el que más aparece. Cas es un ángel obediente y eficaz al principio al que se le encarga la difícil tarea de controlar a Dean Winchester. A lo largo de la temporada se ve marcado por diferentes acontecimientos (la traición de su compañero, el reencuentro con Anna, todas las conversaciones con los Winchester, la historia del cuerpo del que se apropió) que hacen que vaya evolucionando poco a poco protagonizando una bajada a los infiernos que, objetivamente, es más un triunfo del sentido común y la empatía que otra cosa. Realmente, los ángeles que aparecen son muy humanos y, si bien esto no es del todo realista, les voy a dejar esta licencia creativa ya que está bastante currada la evolución de Castiel, que acaba uniéndose a los Winchester. En el otro bando, tenemos a Alastair, el demonio que atormentó a Dean cuando estaba en el infierno (una mala pécora genialmente interpretada que pone a Dean contra las cuerdas constantemente) y a Ruby (que, después de muchos capítulos, tiene una relación con Sam realmente interesante que va a separar terriblemente a los dos hermanos y que va a conseguir convencer a Sam de que se ha convertido en un monstruo y quiere acabar con eso a toda costa sumido en la desesperación; esto consigue que algunos olvidemos lo evidente y no empecemos a atar cabos y el giro del capítulo final realmente pille de sorpresa). Los personajes que regresan de las anteriores temporadas son Bobby (que sigue siendo interesante si bien no se indaga tanto en él como en la anterior temporada), Ruby (de la que ya hablé) y los Ghostfacers (que hacen un cameo resultón).
Mis capítulos favoritos de ésta son, de hecho, unos cuantos: el primero (por la genial sensación de intriga que se desarrolla a lo largo de él y su sorprendente final), el segundo (una excusa muy bien hilada para un Hall of Fame de personajes antiguos que se merecían un regreso y que funcionan tremendamente), el tercero (por la información que desconocíamos y que ahora sabemos y por lo especial que es ver una anterior generación de la familia en acción), el quinto (un capítulo divertidísimo, con un estilo visual de claras inspiraciones genial), el sexto (un genial y terrorífico ensayo sobre el miedo que siente Dean que se hace realidad), el octavo (un capítulo que puede parecer ridículo pero que tiene un humor fantástico y unas reflexiones bastante legítimas, todo lo que tiene que ver con el oso es genial), el noveno y el décimo (un doble capítulo con mucha tensión, con muchas revelaciones y con un lore necesario y muy bien implantado), el undécimo (sencillamente mencionar que hacía tiempo que no pasaba tanto miedo con un capítulo de esta serie, la revelación final es desgarradora), el décimo tercero (unos flashbacks que le añaden profundidad a los hermanos es su mejor parte), el décimo quinto (un capítulo triste, emocionante y bastante tenso que sumerge de lleno al espectador y los protagonistas en un submundo en el que nunca habían estado), el décimo octavo (una serie de metareferencias geniales, graciosísimas y muy ciertas, una oda al oficio del guionista algo gamberra; introduce elementos importantes para otros capítulos), el décimo noveno (un capítulo bastante tenso que introduce a un monstruo interesante y que hace que los hermanos se abran en canal emocionante al ver que puede que no sean los únicos afectados por la maldición Winchester con un giro currado), el vigésimo (una visión cruda de las crueldades que genera esta guerra a los humanos, por ambos bandos) y el último (un capítulo con humor, tensión, drama, muchos giros argumentales que se rompe y que representa lo fracturado que estaba uno de los bandos y una buena reflexión sobre los intereses ocultos de las guerras y del pensamiento de las criaturas divinas).
Resumiendo, esta temporada sirve como el comienzo de una nueva etapa en la serie que presta una atención a los personajes, sus conflictos y su evolución, brutal. También está avalada por un nivel actoral más que sobresaliente y una proporción de buenos capítulos superior a la media. El cómo se analiaza la guerra en los diferentes bandos, centrándose en cada personaje es sencillamente magistral y, sin duda, la serie promete mucho para futuras temporadas. Una bastante bien construida alegoría épica y bélica con un bando inestable y unos peones absolutamente destrozados que se van separando hasta que se dan cuenta de que han sido utilizados por ambos bandos por igual y que, posiblemente, ambos sean igual de terribles. ¿Qué más puedo decir?: esto es el apocalipsis y, si bien echo algo de menos a la época en la que eran dos simples hermanos con un trabajo común y que querían tan solo encontrar a su padre en vez de dos complejísimos peones manejados por ambos jugadores en un terreno que les queda grande, estoy más que listo para ver en qué desencadena esto.
Nota: 9,25/10
Bueno, pues aquí se acaban los especiales de Halloween de 2019, fuera de fecha, pero estoy bastante satisfecho de todos los artículos. Volveremos con esto el año que viene y ahora me voy a centrar en el especial de premios cinematográficos que subiré a lo largo de este mes. Hasta entonces.
Años de emisión: 2007-09
Showrunner: Eric Kripke
Lugar de emisión original: The CW
Logo (el de la temporada 4, para ser exactos):
Sí, sé que ya no estamos en la semana de Halloween y que han pasado siete días exactamente desde esta fecha, pero, como ya comenté, el último artículo me requirió mucho más esfuerzo del que esperaba y se me echó el tiempo encima. Así que, como quería continuar hablando de esta serie (tenéis un artículo hablando de sus dos primeras temporadas en los especiales de Halloween del año pasado) y ya siento algo de morriña de la atmósfera de esta festividad, vamos a alargarla y vamos a pretender como si todavía fuese la Fiesta de los Muertos para hablar una vez más de los hermanos Winchester (sí, el pub de Shaun of the Dead se llamaba igual, ¿coincidencia?). En concreto, voy a centrarme en las dos temporadas que continúan con las aventuras de las dos primeras, la tercera y la cuarta que, por diferentes motivos, resultan de especial relevancia en la serie en general (que mira que es larga que la temporada que están emitiendo ahora, la 15, dicen que va a ser la última [quizás se les ha ido algo de las manos, pero no voy a juzgar sin haberlas visto todas]). La tercera es la temporada con menos capítulos de toda la historia de la serie, con un total de 16. La cuarta, en cambio, introduce un elemento que aporta un nuevo personaje recurrente y una expansión brutal del lore de la serie. Sin más dilación, voy a ello. Como planeo seguir la estructura de la anterior reseña de esta serie (cuatro párrafos con línea argumental, personajes, capítulos a mencionar y conclusión en cada temporada) es posible que el artículo sea algo corto, pero es lo que hay, que bastante hago.
Crítica:
AVISO IMPORTANTE: Como voy a hacer bastante hincapié en detalles argumentales en ambas temporadas, va a haber SPOILERS EVERYWHERE. Si no habéis visto todavía la serie, id a echar un vistazo al artículo que mencioné antes, echadle un vistazo al planteamiento de la serie y, si os llama la atención, vedla que os va a sorprender. Sin más, a ello.
3ª temporada:
Dean, destrozado por la muerte de Sam, no pudo resistirse y procedió a hacer un acuerdo con un demonio que resultaría en su muerte dolorosa en un año al final de la anterior temporada. Ahora, Dean actúa despreocupadamente intentando ignorar lo evidente mientras que Sam se siente cada vez más culpable e intenta salvarlo de su trágico destino por todos los medios. Por otro lado, la desconfianza de Dean con respecto a la nueva actitud de su hermano después de la resurrección crece cada vez más. Esta es la aparentemente simple premisa de una temporada que, como analizaré, sabe usar muy bien su corta duración para impactar en el espectador con bastante agudeza.
Con respecto a los personajes, llama la atención de esta que es una temporada particularmente coral al incluir muchos personajes de anteriores temporadas, dejar a otros por el camino e introducir a nuevos personajes recurrentes. Es verdaderamente en esta temporada en la que vamos a empezar a ver cómo los personajes principales se abren en canal y rompen las apariencias bajo las que esconden sus inseguridades más fuertes y esto es algo verdaderamente interesante. El personaje del que se saca más jugo aquí es Dean. Su actitud pasota al principio que escondía su más que evidente miedo pretendía calmar a Sam pero consigue todo lo contrario. Su preocupación por el estado de su hermano puede justificar un aumento en su violencia, su determinación y su ira a la hora de actuar de Sam, pero en Dean ya crece la semilla de la duda, claramente regada por las últimas palabras de Azazel que le advertían de que, a lo mejor, lo que volvió de la tumba, no es 100% su hermano. La legítima preocupación que sienten el uno por el otro se convierte en desesperación cuando el tiempo se va acabando y, como cada uno tiene un anhelo y una manera de reaccionar a la tragedia anunciada diferente, los dos hermanos van a chocar en más de una ocasión, haciendo que su dinámica de dúo de acción sea interesante y realista. Los flashbacks que se ven de su pasado también ayuda a entender la actitud de uno y de otro e ilustra con cierta emoción lo cruel que puede resultar el mundo de los incesantes cazadores paranormales. Pero, bueno, en algo coral, hay mucho más que los dos protagonistas. Vuelven de las anteriores temporadas en plena forma personajes como Gordon Walker (que recibe su merecido en un capítulo cruel pero supongo que justo), el agente Henriksen (que, como siempre, va a seguir haciéndoles la vida imposible a los hermanos pero aquí se va a meter en algo que está bastante más allá de su control, también un episodio bastante cruel que configura el nivel de la amenaza a la que se enfrentan), los Ghostfacers (a pesar de seguir siendo a veces el alivio cómico, se enfrentan en esta ocasión a algo que los supera y van a sufrir como condenados al lado de los Winchester, lo que les da algo más de profundidad emocional y credibilidad), Bobby (que, a cada temporada que pasa, tiene más importancia y, si bien hasta ahora no era más que un personaje secundario que ayudaba cuando podía, ahora podemos echar un vistazo dentro suyo gracias a esta pesadilla aterradora que se nos enseña) y, por supuesto, no podía faltar el Trickster (la balanza entre comedia y peligro que encarna este personaje normalmente se inclina bastante más aquí por la segunda al querer darle una lección que va a destrozar Sam de la manera más directa posible). Si bien se echa de menos la presencia aquí de los integrantes de la crew de la taberna de la anterior temporada (realmente les había cogido cariño), la serie introduce dos nuevos personajes recurrentes bastante interesantes. Por un lado tenemos a Bella Talbot, una hábil y astuta ladrona y contrabadista de objetos paranormales que es realmente divertido de ver y explora otras posibilidades para los humanos en el mundo sobrenatural. Por otro, se nos presenta a Ruby, un demonio que les salva usando un cuchillo todopoderoso en el primer capítulo y que, desde ahí en adelante, les ayuda en todo lo que puede, no teniendo al principio la confianza de los dos hermanos, en especial de Dean. A pesar de que tiene buenos momentos, va a dar más juego en posteriores temporadas.
Ya para acabar, mis capítulos favoritos diría que son el primero (una muy curiosa interpretación de los mitos bíblicos con introducción de personajes importantes), el tercero (un capítulo que puede parecer algo ridículo pero que resulta más angustioso de lo que pueda parecer e introduce a Bella de una buena manera), el quinto (una interpretación oscura, sorpresiva y satisfactoria de cuentos clásicos), el séptimo (una manera muy inteligente de acabar el arco de Gordon Walker con algunos aspectos algo crueles que adelantan el tono de lo que está por venir), el octavo (los flashbacks aportan mucha información sobre las motivaciones de los hermanos y la amenaza resulta más peligrosa y oscura que en otras ocasiones), el décimo (con una ambientación muy conseguida, nos introduce en la mente de Bobby, permitiéndonos al fin saber algo más de él), el undécimo (el cómo el Trickster enseña a Sam la cruda realidad de una manera tan cruel es algo digno de ver y realmente los momentos antes del final son desgarradores), el duodécimo (un capítulo angustioso que nos recuerda el tremendo peligro que acecha a los hermanos y que acaba sin contemplaciones con el pobre Henriksen), el décimo tercero (el cómo los Ghostfacers dejan atrás su faceta de alivio cómico para abrirse algo emocionalmente es también digno de mención y la crueldad va en aumento), el décimo quinto (un monstruo genial y que provoca verdadero miedo, una genial ambientación y una ocasión de oro para ver en primer plano la angustia y la desesperación que sufren los protagonistas, una gran antesala para el final) y, cómo no, el décimo sexto y último (si pensabais que la angustia, la oscuridad y la crueldad no podían llegar a más esta temporada lo lleváis claro: la tensión reina en un capítulo que ejemplifica el mal detrás de la criatura que los atormenta y lo que esta es capaz de hacer, posiblemente uno de los mejores finales de temporada de una serie que yo haya visto).
Resumiendo, esta es una temporada que sabe usar inteligentemente su corta extensión para minimizar lo más posible los capítulos que dejan un poco frío (que, para mi gusto, serían solo el sexto, el cuarto y el décimo cuarto) y potenciar unos capítulos guiados por el retorno de personajes antiguos y la introducción de algunos nuevos e interesantes que hacen de ésta una temporada coral y muy entretenida de ver. La oscuridad, la crueldad y la desesperación de los hermanos va en aumento y la combinación de esto con la cantidad de personaje ayuda a dar la impresión de que esta supone un antes y un después en la serie, cosa que efectivamente así es. Una pena los capítulos reguleros porque está bastante bien.
Nota: 8,5/10
4ª Temporada:
Sam, destrozado por la muerte de su hermano, se refugia en los brazos de Ruby y, algo envalentonado por ella, decide potenciar su poder psíquico para poder batallar demonios sin la ayuda de su hermano y así ayudar a la gente mientras que él no esté. Sin embargo, lo que menos se espera es que Dean despierte meses después y parezca estar en perfectas condiciones si bien su mente está muy afectada por lo tuvo que ver, sufrir y hacer allí abajo. Ninguno de los dos es nada parecido a lo que eran antes e, investigando, acaban descubriendo que los demonios están preparando un plan que puede desencadenar algo muy gordo y que están recibiendo ayuda de arriba para combatir una guerra para la que no están preparados.
Si bien en la anterior temporada se jugaba sutilmente con la idea de que Sam y Dean habían cambiado y esto provocaba algunos amagos de conflicto entre ellos con bastante ambigüedad, aquí ya van a por esa idea sin sutilezas, de lleno. Los acontecimientos de los últimos meses han marcado a ambos, haciéndolos cambiar bastante. Sam ha estado ayudando a la gente pero, a costa de volverse más poderoso, se ve afectado por su naturaleza demoníaca que empieza a hacerle algo más violento y ambicioso. Además su contacto con Ruby se hace mucho más fuerte y eso también lo afecta, especialmente por lo de beber la sangre que se convertirá en un problema. Está totalmente obsesionado con vencer a Lillith y evitar el apocalipsis y lo hará de todas las maneras posibles. Detrás de sus motivos no está solo ayudar a la gente, sino también conseguir salir de una vida que está pudiendo con él y con la que, sin embargo, cada vez está más unido. Sam es el personaje más tratado en esta temporada en contraposición con la anterior, aunque el otro hermano tampoco se queda atrás. Dean no quiere reconocerlo pero su estancia en el infierno le ha hecho hacer cosas que nunca pensaba que fuese a hacer. Sigue ayudando a la gente pero está algo desencantado y deprimido por las consecuencias morales y prácticas de sus actos allá abajo. Ya lo que le faltaba es ser el principal peón de una guerra entre el cielo y el infierno para la que no está en absoluto preparado y además ver a su hermano Sam diferente, peligroso. Hablando del cielo, tenemos que hablar de los ángeles y es que los cuatro que aparecen aquí son muy diferentes y ayudan a dar diferentes visiones de la situación que está tomando lugar. Estos cuatro son Castiel, Anna, Uriel y Zacarías. Y los cuatro son personajes bastante interesantes. Los dos que menos se exploran son Uriel y Zacarías pero, siendo uno el gran traidor a la causa y el otro el gran seguidor sin preguntar ayudan a localizar los extremos en este bando heterogéneo, dudoso, dividido. Anna es la gran líder que, sin embargo, empieza a preguntar demasiado, a tirar de la manta y no tarda en ser castigada, cambiada. Su arco de redención está bien buscado y lo poco que se explora su relación con Castiel es realmente interesante. Porque, sí, el personaje mejor tratado es Castiel, que es, lógicamente, el que más aparece. Cas es un ángel obediente y eficaz al principio al que se le encarga la difícil tarea de controlar a Dean Winchester. A lo largo de la temporada se ve marcado por diferentes acontecimientos (la traición de su compañero, el reencuentro con Anna, todas las conversaciones con los Winchester, la historia del cuerpo del que se apropió) que hacen que vaya evolucionando poco a poco protagonizando una bajada a los infiernos que, objetivamente, es más un triunfo del sentido común y la empatía que otra cosa. Realmente, los ángeles que aparecen son muy humanos y, si bien esto no es del todo realista, les voy a dejar esta licencia creativa ya que está bastante currada la evolución de Castiel, que acaba uniéndose a los Winchester. En el otro bando, tenemos a Alastair, el demonio que atormentó a Dean cuando estaba en el infierno (una mala pécora genialmente interpretada que pone a Dean contra las cuerdas constantemente) y a Ruby (que, después de muchos capítulos, tiene una relación con Sam realmente interesante que va a separar terriblemente a los dos hermanos y que va a conseguir convencer a Sam de que se ha convertido en un monstruo y quiere acabar con eso a toda costa sumido en la desesperación; esto consigue que algunos olvidemos lo evidente y no empecemos a atar cabos y el giro del capítulo final realmente pille de sorpresa). Los personajes que regresan de las anteriores temporadas son Bobby (que sigue siendo interesante si bien no se indaga tanto en él como en la anterior temporada), Ruby (de la que ya hablé) y los Ghostfacers (que hacen un cameo resultón).
Mis capítulos favoritos de ésta son, de hecho, unos cuantos: el primero (por la genial sensación de intriga que se desarrolla a lo largo de él y su sorprendente final), el segundo (una excusa muy bien hilada para un Hall of Fame de personajes antiguos que se merecían un regreso y que funcionan tremendamente), el tercero (por la información que desconocíamos y que ahora sabemos y por lo especial que es ver una anterior generación de la familia en acción), el quinto (un capítulo divertidísimo, con un estilo visual de claras inspiraciones genial), el sexto (un genial y terrorífico ensayo sobre el miedo que siente Dean que se hace realidad), el octavo (un capítulo que puede parecer ridículo pero que tiene un humor fantástico y unas reflexiones bastante legítimas, todo lo que tiene que ver con el oso es genial), el noveno y el décimo (un doble capítulo con mucha tensión, con muchas revelaciones y con un lore necesario y muy bien implantado), el undécimo (sencillamente mencionar que hacía tiempo que no pasaba tanto miedo con un capítulo de esta serie, la revelación final es desgarradora), el décimo tercero (unos flashbacks que le añaden profundidad a los hermanos es su mejor parte), el décimo quinto (un capítulo triste, emocionante y bastante tenso que sumerge de lleno al espectador y los protagonistas en un submundo en el que nunca habían estado), el décimo octavo (una serie de metareferencias geniales, graciosísimas y muy ciertas, una oda al oficio del guionista algo gamberra; introduce elementos importantes para otros capítulos), el décimo noveno (un capítulo bastante tenso que introduce a un monstruo interesante y que hace que los hermanos se abran en canal emocionante al ver que puede que no sean los únicos afectados por la maldición Winchester con un giro currado), el vigésimo (una visión cruda de las crueldades que genera esta guerra a los humanos, por ambos bandos) y el último (un capítulo con humor, tensión, drama, muchos giros argumentales que se rompe y que representa lo fracturado que estaba uno de los bandos y una buena reflexión sobre los intereses ocultos de las guerras y del pensamiento de las criaturas divinas).
Resumiendo, esta temporada sirve como el comienzo de una nueva etapa en la serie que presta una atención a los personajes, sus conflictos y su evolución, brutal. También está avalada por un nivel actoral más que sobresaliente y una proporción de buenos capítulos superior a la media. El cómo se analiaza la guerra en los diferentes bandos, centrándose en cada personaje es sencillamente magistral y, sin duda, la serie promete mucho para futuras temporadas. Una bastante bien construida alegoría épica y bélica con un bando inestable y unos peones absolutamente destrozados que se van separando hasta que se dan cuenta de que han sido utilizados por ambos bandos por igual y que, posiblemente, ambos sean igual de terribles. ¿Qué más puedo decir?: esto es el apocalipsis y, si bien echo algo de menos a la época en la que eran dos simples hermanos con un trabajo común y que querían tan solo encontrar a su padre en vez de dos complejísimos peones manejados por ambos jugadores en un terreno que les queda grande, estoy más que listo para ver en qué desencadena esto.
Nota: 9,25/10
Bueno, pues aquí se acaban los especiales de Halloween de 2019, fuera de fecha, pero estoy bastante satisfecho de todos los artículos. Volveremos con esto el año que viene y ahora me voy a centrar en el especial de premios cinematográficos que subiré a lo largo de este mes. Hasta entonces.
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