Películas de 2018 nominadas a los Oscar y a los Goya
Sí, está ya acabando casi el 2019 y yo todavía hablando de películas del 2018, pero como ya sabéis durante gran parte de este año me he visto algo apurado de tiempo y eso hizo que tuviese que atrasar notablemente los especiales de películas de 2018, que en condiciones normales hubiese tenido que subir durante el primer trimestre del año (ya veremos lo que pasa con esto el año que viene, la verdad es que no quiero prometer nada), pero me apetecía recuperar esta sección que inauguré hablando de películas del 2017 premiadas o nominadas a los Oscar y a los Goya. También sé que dije dos veces que iba a subir esto a lo largo de noviembre y lo cierto es que no pude porque me vi algo superado por la carga de trabajo que tuve este último mes (la vida estudiantil sencilla, sencilla, no es). Bueno, después de ambas aclaraciones, voy a comentar brevemente siete películas que han estado nominadas o que han ganado algo en los Oscar y en los Goya (he tardado tanto en hacer esto que ya salieron los nominados para los Goya de este año, pero tampoco pasa nada; más vale tarde que nunca).
La sombra de la ley:
Empecemos esto con un largo viaje en el tiempo, a hace casi un siglo. Año 1921, Barcelona. Reinaba en España Alfonso XIII, un Borbón que sorprendemente consiguió ser aún peor que la mayoría de sus predecesores. No le daba la cabeza para hacer mucho y la gente estaba ya cansada del retraso permanente en el que estaba sumida España en comparación al resto de Europa por culpa, mayoritariamente, de Fernando VII y sus algo menos despreciables sucesores. Movimientos como el feminismo daban sus primeros pasitos y los trabajadores abrazaban el anarquismo como única manera de conseguir mejorar su penosa situación y, dentro de este bloque, un subgrupo partidario de la violencia sistemática empezaba a coger fuerza, lo cual preocupó al monarca que empezó a radicalizar las fuerzas policiales y a poner a militares crueles y con muy poca paciencia a cargo de las ciudades, entre ellas Barcelona. Esta es la situación en la que se enmarca la película, que presenta a Luis Tosar como un policía vasco que es enviado a Barcelona después del robo de una importante cantidad de armamento de un tren de mercancías por parte de unos anarquistas. Una vez allí, no tardará en entrar en contacto con diferentes personas en las calles de Barcelona, tanto en un bar y local de variedades que regenta un hombre con dudosa moralidad y legalidad como entre los anarquistas de la ciudad, liderados por Salvador, un hombre sensato que promueve el diálogo como manera de cambiar las cosas. Realmente la película es bastante impresionante en el campo visual y es una muy buena lección de historia ya que la mayoría de cosas que se mencionan son ciertas, por muy increíble que parezca. Los actores no lo hacen nada mal (destacar a Ernesto Alterio que hace un papelazo como el matón de la policía), algunas líneas de diálogo son bastante inspiradoras (destacar la de los principios) y las escenas de acción son muy buenas (por ejemplo, la de la batalla en territorio anarquista o la persecución). Sin embargo, hay algo que no es mala idea pero que hace que la película pierda mucha fuerza y es que hay, para mi gusto, una sobrepoblación de subtramas entre las movidas internas de los anarquistas, las acciones de la hija de Salvador, todas las cosas terribles que acontecen en el local de variedades, el propio misterio de quién robó las armas, la verdadera identidad del personaje de Tosar, el movimiento feminista y el asesinato del novio de la bailarina del bar. Todas estas tramas funcionan por separado (quizá la de la identidad no aportase nada, pero eso es mi opinión), pero al estar todas juntas hace que pierdan fuerza (lo cual es una pena porque todas llevan a cosas muy duras) y que la película parezca más un documental que una película con un grueso hilo conductor, lo cual hace que el público se quede más con la parte estética que con lo que la película quiere retratar. Una gran pena, pero eso no hace que la película tenga muchas cosas a favor y que merezca la pena echarle un vistazo.
Nota: 8,25/10
Un lugar tranquilo:
Pasemos ahora a hablar de la película que a todas luces tenía que haberse llevado los Oscar relacionados con el sonido sino fuera porque la maldita película de Queen se los tenía que llevar (vaya tongo, de verdad, frustrante). Y es que resulta que la película empieza en un futuro cercano en el que unos alienígenas hostiles han llegado a la Tierra. La cosa de estos aliens es que detectan a sus presas por el ruido que hacen, de tal manera que los que quieran sobrevivir deben guardar un silencio absoluto. En una película con esta premisa, el sonido que suene entre tanto silencio debe ser al mismo tiempo aliviante y tenso y eso la película lo borda. Vamos, que el Oscar tenía que haber sido para ella, pero como la de Queen está de moda... (a ver, con esto no quiero decir que esa película sea mala, sencillamente que ha ganado unos premios que a lo mejor y, segun mi opinión, se merecían otras películas). Pero bueno, dejo mis pullitas y me centro en la película. La verdad es que se deja ver con mucha facilidad. La ausencia de sonido hace que solo lleguen a la audiencia ruidos que, de corriente, son imperceptibles lo cual transmitiría paz y tranquilidad sino fuese por el alcance de la amenaza que se cierne sobre los protagonistas. Una cosa que la película hace muy bien es centrarse en el punto de vista de todos en la familia y, cuando la cámara se centra en la visión de la hija (que es sorda), estos pequeños ruidos desaparecen, dejando un silencio atronador y angustioso. La película no tiene miedo de enseñar completamente a la amenaza a las primeras de cambio, pero es que más de una película de terror en la que se teme lo desconocido, esta película se centra en las maneras creativas que emplea la familia para evitar un enemigo que ya conocen de sobra y que, sin embargo, actúa con una eficacia y muestra una falta de piedad tan evidente que da, de hecho, mucho miedo. También está bien tratado cómo los hijos interactuán con los padres, cómo el padre intenta constantemente sin conseguirlo conseguir un cacharro con el que su hija pueda oír y cómo ella intenta siempre ayudar y se lo niegan porque les da mucho miedo perderla. La verdad es que estos momentos son muy emotivos y están muy bien conseguidos. Los actores lo hacen genial (especialmente Emily Blunt, que está que se sale) y ayuda mucho el hecho de que Krasinski y Blunt sean pareja en la vida real para potenciar su química. La banda sonora de Marco Beltrami (el que hizo la de Logan) es muy buena y la fotografía llama la atención, con un muy buen uso de las luces y los colores. Y, ¿qué es lo que falla entonces?. Muy fácil, el argumento. Yo es que hay decisiones de los personajes que no entiendo y quiero centrarme en la más flagrante: ¿por qué decidieron tener otro hijo durante su lucha por la supervivencia después de la llegada de estos bichos? Entiendo que no tuvieran elección si lo hubiesen engendrado antes de la llegada de estos bichos. Pero es que en la primera escena ya han pasado tres meses desde la llegada de estos y, más de un año después, ya está Blunt con una barriga kilométrica. Esto da a entender que lo engendraron claramente siendo conscientes de cómo estaba el mundo. Entiendo por qué lo han podido hacer (no llevarán bien la pérdida de su otro hijo [por cierto, entiendo que es un niño pequeño pero es muy estúpido y su muerte ha sido exclusivamente culpa suya; algo se nota que no me gustan los niños pequeños]) pero es que es muy absurdo. Primero: ¿cómo piensas tener un hijo sin hacer nada de ruido? Lo digo porque,incluso si la madre consigue milagrosamente parir sin gritar ni una vez (como se ve en la película), todos los niños cuando nacen lloran y gritan como si los estuvieran apuñalando y eso pasa siempre porque es la única forma que tienen de quejarse y comunicarse esos pequeños monstruos (esto es algo que la película encuentra conveniente ignorar por cierto). Segundo: incluso si consiguen evitar lo primero, la comida que tienen no es ilimitada y no es tan fácil moverse en este mundo y mucho menos con un niño, vamos que llegaría un momento que se moriría de hambre y ya son demasiados como estaban. Tercero y, de nuevo, si consiguen evitar estas dos cosas anteriores: ¿realmente es buena idea traer al mundo a una persona voluntariamente en este mundo deprimente en el que la gente muere a millones y en el que tampoco va a poder ser feliz ya que va a estar todo el rato paranoico con lo que pasa afuera? Yo no sé, a lo mejor soy yo, pero veo muchas lagunas en este plan y no, el amor no lo soluciona todo y menos con aliens hostiles queriendo comerte entero. Como esto, hay otros detalles en la película que no me cuadran y que me sacan constantemente de esta película junto con la enorme cantidad de casualidades que hay a lo largo de la misma. Me entristece porque, por lo demás, no tiene nada de malo pero es que estas cosas me sacan de mis casillas. De todas maneras, esta es una película creativa y arriesgada con mucho corazón que hay que ver.
Nota: 8,5/10
La balada de Buster Scruggs:
La verdad es que yo veía esta película como todo un acontecimiento: los hermanos Coen regresando al western después de Valor de ley, con una película de su estilo que siguiera la estela de Fargo y No es país para viejos. Y para allá fui, a ver esta película de Netflix. Y una cosa puedo decir: la esencia de los Coen está, lo cual ya es una buena noticia. Básicamente, la película es un compendio de seis relatos cortos sin aparente relación entre ellos más allá del marco temporal: en medio del Salvaje Oeste. Ya que los fragmentos son tan diferentes, voy a hablar de cada uno de ellos por separado para luego hacer una conclusión conjunta. El primer fragmento es el que le da título a la película y marca estilo en un momento. Scruggs es un vaquero que vaga por ahí estableciendo su propia ley, buscando su propio bien que, a veces, coincide con la justicia. Cantando y disfrutando cada momento de vida, se aprovecha del factor sorpresa para acabar con todo aquel que se le ponga por delante hasta que, en una ocasión, no tiene la suerte de su parte y su cara de arrogancia se esfuma cuando sube al cielo, eso sí, con una sonrisa. El actor lo hace genial, los canciones son brutales, es súper entretenido y se empieza a plantear el tema sobre el que va a ir la película: las distintas maneras de vivir y qué determina las posibilidades de éxito y, más importante aún, si vives o mueres en el Salvaje (y tanto) Oeste. Esto se recupera en el segundo fragmento. Un personaje interpretado por James Franco va a ser colgado después del atraco frustrado a un banco y se libra por el ataque de los indios; sin embargo, no le va a durar mucho la alegría. Este es también buenísimo ya desde la brutal primera escena. Sencillamente digo hombre con ollas, ya lo veréis (graciosísimo de verdad). El resto del relato es también bastante bueno y enseña a los malas que en esa época todo el mundo puede oponer resistencia y la suerte y la alegría son efímeras y todo vale por la pena por lo de "¿Primera vez?" (genial). Para el tercero se ve que todavía les sobraba presupuesto y le echaron una llamadita a Liam Neeson a que fuese para allá a echarse unas risas. Y para allá que fue, a interpretar a un feriante ambulante que pasea por los pueblos a un hombre sin brazos ni piernas que recita y dramatiza lo que yo interpreto que es la Biblia y otros textos populares. Realmente es corto pero da para desarrollar la relación entre Neeson y el otro actor bastante bien y resultar una historia interesante y diferente (los feriantes no es algo que se trate mucho en los western hasta donde yo sé). El final también es amargamente hilarante cuando pierden todo a favor de una gallina matemática (buenísimo también).
El cuarto es el más corto de todos y narra la odisea de un viejo cazafortunas que parece haber encontrado una mena de oro en los alrededores del río. A pesar de lo repetitivo del proceso del hombre buscando el brillo, se hace interesante por el poco tiempo que lleva, la maravillosa fotografía de los lugares naturales en los que se ambienta y la acción al final. Bien, el quinto... lo siento pero no me gusta. Al principio, puede resultar interesante el mundo de las caravanas, cómo se relacionan entre sí los dos líderes de la misma (el viejo experto y el joven que lo quiere suceder) pero la verdad es que se me hacen algo cuesta arriba los continuos dramas de la protagonista que si el perrete que si el hermano que si tal que si cual. Quizá el problema es que este trozo sea demasiado largo pero es que pierdo totalmente el interés a la mitad y no lo recupero incluso cuando entra la acción en escena. Sin embargo, los Coen se encargan rápidamente de compensar este mal sabor de boca con una última parte que es sencillamente brillante. The mortal remains es una genialidad con estética e ideas teatrales que tiene lugar en una poca espaciosa diligencia que basa toda la tensión en unos diálogos que entablan unos personajes que más diferentes no podían ser. Está muy bien pensado porque todos los personajes desean hablar, desahogarse, convencer, pero de una manera distinta. El de las pieles busca alguien que le escuche, alguien que le comprenda después de tanto tiempo. La religiosa necesita mejorar la vida a la gente y llevarles por el camino del "bien" ya que es una orden divina, es lo que debe hacer. El francés es un hombre de mundo, sin pelos en la lengua y que busca siempre dar lecciones hasta el hastío, sin importarle lo que puedan doler sus palabras. Y, llegados a este punto, la atmósfera cambia, cae la noche y reina un ambiente crepuscular en el que los dos que van sentados en frente se sienten como en casa y empiezan a contar su historia. A la discusión que estaba teniendo lugar de si las personas podían dividirse en dos grupos o no aportan una verdad dolorosamente pragmática y evidente: hay vivos... y muertos. Resulta que han tenido la mala suerte de cruzarse con unos asesinos a sueldo y la buena de no viajar al aire libre en el techo y no pueden más que mirar con fascinación la pasión con la que estos hombres cuentan sus andanzas y su interesante manera de ver las cosas. Porque las personas pueden ser muy diferentes pero a todos nos encanta escuchar una historia macabra de la que nosotros no formemos parte. Somos unos desgraciados y quizá por eso nos lo estamos pasando tan bien con esta película llena de muertes, desgracia y peligros en cada esquina. Resumiendo, esta es una película que explora el Salvaje Oeste desde todos los ángulos posibles: cowboys, pistoleros, jugadores de azar, ladrones, banqueros, indios, feriantes, pueblerinos, buscafortunas, participantes en caravanas, tramperos, religiosos, hombres de mundo con ínfulas, asesinos a sueldo y conductores de diligencias. Intentan encontrar lo que determina tu éxito, tu vida en este mundo sin reglas o con demasiadas reglas según como se mire. Quizá sea suerte, quizá habilidad, pero todo en esta época dura poco y hay que disfrutar de lo que se pueda. Una película con una buena fotografía, una buena banda sonora y unos actores que creen en lo que hacen y le dan mucha veracidad a lo que pasa y los Coen son incapaces de resistirse a dar varias pistas de la naturaleza cínica, hipócrita y malvada de las personas. Una pena que el quinto fragmento baje mucho el listón, porque el resto es muy disfrutable y más reflexivo de lo que podría parecer y se vislumbran varios destellos de la brillantez de estos hermanos que parece que no paran de arriesgar.
Nota: 8,6/10
Campeones:
Seguimos con esto hablando de la ganadora a mejor película en los Goya. Ésta es una película dirigida por Javier Fesser, que es alguien a quien tengo mucho aprecio, ya que guardo muy buen recuerdo de dos de sus películas que vi en mi infancia y que me gustaron mucho (sospecho que me seguirían gustando ahora): El milagro de P. Tinto y La gran aventura de Mortadelo y Filemón. De hecho, este hombre consiguió sus primeros Goya con una secuela animada de la segunda de éstas allá por el 2014. Lo que presenta ahora es una película que se centra en el mundo del deporte, concretamente en el baloncesto. En la película, el personaje principal (interpretado por Javier Gutiérrez) es un conocido entrenador de los Estudiantes de Madrid de baloncesto. En medio de una crisis en su vida, sus métodos empiezan a ser cuestionados y sus constantes ataques de rabia hace que lo echen del equipo. Frustrado, ahoga sus penas en alcohol y, cuando a continuación se sube en su coche para volver a casa, acaba causando un accidente de tráfico en el que hiere a una persona. Imputado por esto, la jueza que lleva el caso lo condena a trabajo comunitario y, ya que es entrenador de baloncesto, decide ponerle a entrenar a un pequeño equipo formado por personas con discapacidad intelectual. Esto no va a llevarlo muy bien, ya que tiene una mente algo cerrada. Tampoco hace falta decir mucho más del argumento. Quizás el problema de esta película sea algo que ésta no puede solucionar y es lo insultantemente predecible que resulta su argumento. Todas estas películas deportivas con un equipo que acaba de empezar suelen acabar con este llegando muy lejos gracias a sus ganas y su actitud y esta no es excepción pero el recorrido que sigue para llegar ahí es bastante diferente. Dado el rechazo inicial que siente el entrenador por el equipo, la película dedica algo de tiempo a cómo el entrenador se enfrenta a esta situación inédita en su vida. Y el cómo va evolucionando la relación con y la visión que tiene de su equipo está bastante bien contado, usando un humor espontáneo y eficiente y recurriendo al anciano conserje del polideportivo de mala muerte en el que entrenan como intermediario, como alguien que le ayude a entender lo que son, lo que necesitan y lo que quieren. También este proceso de entendimiento se plasma en el público a través de varias decisiones inteligentes: el enseñar cómo son en su lugar de trabajo y cómo los tratan ahí y el desvelar cuáles son sus miedos y sus preocupaciones y cómo se ayudan unos a otros a superarlos. Y esto se consigue ya que el reparto, los actores que interpretan a los miembros del equipo lo hacen fenomenalmente bien. Dotan a sus personajes de frescura y espontaneidad con un innegable talento y reflejan sus miedos y sus alegrías como cualquier persona. Esto último, por cierto, lo saqué del discurso que dio Jesús Vidal cuando le dieron el (muy merecido) Goya a actor revelación, que es fantástico y en el que dice unas verdades como puños (recomiendo que le echéis un vistazo porque merece mucho la pena). Al final de la película resulta que [mini spoiler] pierden el último partido del torneo en el que estaban participando. Aquí la película reconozco que me ganó aún más ya que la alegría que muestran al final del partido demuestra el verdadero significado del deporte, cómo éste mejora y ayuda a las personas y el cómo siempre hay que disfrutar el camino y no el final. También poco antes se revela un hecho trágico [gran spoiler]: resulta que uno de los jugadores del equipo que rehuía un poco de ellos estaba ahí porque era la víctima del accidente en el que el protagonistas estaba involucrado, lo cual conciencia sobre la importancia de no beber alcohol antes de conducir. Resumiendo, esta es una película que sigue al pie de la letra una fórmula usada en exceso. Sin embargo, esto se remedia por un casting que es todo un descubrimiento que permite retratar a los personajes en su día a día y sus emociones, sus miedos y sus motivaciones, lo cual hace replantearse ciertas cosas. El genial humor de la película no está reñido con la parte más reivindicativa de la misma y con el genial entendimiento que tiene de lo que significa estar en un equipo, lo que ayuda y lo que significa e implica el deporte y de lo importante que es que la gente haga todo con humildez, con buena intención, con ganas y, en definitiva, crea en lo que hace (y creedme cuando os digo que hace falta muchas más personas así).
Nota: 8,75/10
María reina de Escocia:
Dirigida por la directora de teatro Josie Rourke, esta película ilustra la conocida rivalidad entre la reina Isabel de Inglaterra y su prima María de Escocia en el siglo XVI. Bueno, tampoco hay mucho que contar aquí. Se nos presenta a María desde que era joven y cómo van evolucionando las cosas en su corte. Y realmente sí que lo pasó mal la pobre mujer. Al principio venía de Francia con sus propias criadas y un bufón italiano al que le tenía mucho aprecio. Desgraciadamente, en Escocia las cosas no funcionan como en Francia, y no tardará en ver los entresijos de palacio: el cómo se va a tener que casar aceleradamente e involuntariamente, el cómo va a tener a la Iglesia en contra por acercarse demasiado a Inglaterra y el cómo va a tener en contra a su prima por hacer las cosas que ella cree que debe hacer por delante de las que le dicen que debe hacer. Es una representación excelente de cómo siempre va a haber alguien que discuta tus métodos tanto de un lado como del otro. El problema era que en el siglo XVI las diferencias no se solucionaban precisamente dialogando. Realmente la película hace al público estar ojo avizor porque en cualquier momento alguien la traiciona, le matan a alguien querido o le pasa alguna perrería del estilo. Y lo único que le queda a la pobre es negociar con su prima, pero eso tampoco va a ser tarea fácil. Realmente la película le dedica bastante tiempo a Isabel, que es la coprotagonista de la cinta encubierta. Isabel, a estas alturas, ya está consumida por el poder y no soporta ver que por todo lo que tuvo que pasar puede ser echado por la boda por su prima, que ha entrado en Escocia cual caballo en cacharrería. Por supuesto, María no va a ceder y eso [spoiler] le va a costar muy caro. Realmente si la película funciona tan bien es gracias a las actrices: Margot Robbie lo borda como Isabel de Inglaterra y ya Saorsie Ronan en el papel principal ni os cuento. El resto del reparto funciona bien también (incluido David Tennant, que no me olvido de él) pero el peso lo llevan las reinas. Como la directora tiene experiencia en el teatro, consigue escenas que transmiten una barbaridad con relativos pocos medios dentro de ese claustrofóbico y peligroso castillo o de esa cabaña de las telas, pero tampoco le tiembla el pulso cuando rueda en exteriores en unas localizaciones preciosas. Max Richter firma una banda sonora que se siente grave e importante y muy acorde con el tono épico de la película. Resumiendo, esta película es un tragicómico cantar de gesta del siglo XVI que si bien endiosa algo al personaje principal, nos presenta un mundo realmente peligroso que se va desenvolviendo poco a poco y un duelo entre dos reinas y primas cuya mayor diferencia era que quizás una tenía demasiado que perder y la otra demasiado poco. Combina perfectamente técnicas del teatro que hacen a la película tener personalidad, frescura y que se sienta un trabajo exigente y tremendamente artesanal (un factor que en el cine se está perdiendo) con algo de cine bastante decente para ser una iniciada. Lógicamente, lo que más destaca es lo bien que lo hacen estas dos reinas de la actuación: Margot Robbie y Saoirse Ronan.
Nota: 9,1/10
Quién te cantará:
Es curioso porque sé que esta película me voló la cabeza pero posiblemente no pueda hablar mucho de ella, porque es algo radicalmente distinto a todo lo que haya visto. Carlos Vermut dirige esta película en la que una conocida cantante en los 90 interpretada por Najwa Nimri sufre un accidente en el que pierde totalmente la memoria justo cuando iba a volver a los escenarios 20 años después. A su representante se le ocurre intentar contratar a su mayor fan para que le enseñe en unos días a volver a ser ella misma y encuentra a una mujer que canta sus canciones en un karaoke de manera muy sentida, interpretada por Eva Llorach, cuya hija, interpretada por Natalia de Molina, violenta y desesperada le está haciendo la vida imposible. Realmente la historia gira sobre estos tres personajes y, por ello, me voy a limitar a hablar de ellos. El personaje de Eva Llorach es una mujer que ya habiendo llegado a un punto definitorio de su vida no está para nada satisfecha con lo que ha hecho hasta ahora y con lo que es, ha llegado a un punto sin salida y la única forma que tiene de vivir y disfrutar es a través de otra persona, de una expectativa de cómo debe vivir su ídola, la cantante de los 90 Lila Cassen. Convencida de que su hija es una violenta desgraciada la ignora y en su constante reniego de la vida que ha conseguido [spoiler gordo] no dudaría en dejar que se matase, cosa que acaba haciendo. Lila es el caso contrario, alguien que ya ha recorrido el camino por el que está trastabillando Violeta, su fan. Hizo falta que perdiese la memoria para que se diera cuenta de que su vida de ensueño es una pesadilla. Una vida para la que tuvo que sacrificar mucho y ahora resulta que ni siquiera se reconoce ni le gusta lo que ve de ella misma. Está atrapada en un mar embravecido siendo un minúsculo y frágil barco de papel, anclada por los fantasmas de un pasado traumático. Incapaz de convertirse en un pájaro y salir volando de todo este desastre. Precisamente ha llegado a este punto gracias a la ayuda de su familia a la que ahora siente que ha fallado y ve en Violeta a alguien que está dispuesta a ocupar su lugar y que tiene muy poco que perder. Vamos con la tercera en discordia. La hija de Violeta puede recordar un poco a los chavales que aparecían en el programa este de Hermano Mayor, una chica problemática que lo consigue todo por la violencia. Sin embargo, aquí hay un matiz que la película sabe explotar para crear aún más tragedia y es que lo necesita claramente es tener algo de atención, sentirse importante, tanto para bien como mal; que puede estar ligado al desproporcionado e incorrecto uso de las redes sociales que cometen tantos jóvenes. De hecho, la situación llega a tal extremo que cuando la madre decida pasar de ella para no darle el gusto de sentirse poderosa e importante, se siente tan impotente que amenaza con suicidarse y lo hace, sin que su madre haga nada para evitarlo. También, aparte de las idas y venidas de las personajes, la película cuenta con una fotografía muy interesante, que representa muy bien tanto los momentos de esplendor brillantes de la fama como el crepúsculo apagado de la resaca metafórica que provoca la misma y una banda sonora muy diversa y muy interesante. Las tres actrices principales (Nimri, Llorach y de Molina) lo bordan en sus respectivos papeles y el Goya de la segunda es totalmente merecido. Resumiendo, la película es una tragedia que advierte de lo efímero y lo embriagador de la fama y de los peligros de no ser uno mismo, tanto en el arte como en la vida y también analiza, quizás algo menos, los peligros que pueden afrontar los jóvenes que se quieran zambullir de lleno en el sistema, quizás porque no les queda otra. De hecho, se puede argumentar que en esa situación tampoco están siendo ellos mismos, que es un poco, para mí, lo que quiere argumentar. Es curioso que las dos protagonistas tengan nombres de flores porque sus sueños van a hacer que crezcan pero que irremediablemente se marchite. Una película tremendamente difícil de ver por la tremenda carga trágica de la misma pero que es, definitivamente, puro cine.
Nota: 10/10
La favorita:
Para terminar, me temo que he de volver a hablar de reinas de Inglaterra. Nos movemos dos siglos y nos centramos en una ya mayor Ana Estuardo de Inglaterra. Aquejada de continuos ataques de gota, se deja llevar más que nunca por los consejos de su mejor amiga y confidente Sarah, esposa de uno de los más importantes cargos del Ejército Británico. Sin embargo, la joven prima de Sarah, una tal Abigail, que resulta que perdió la fortuna de su familia por una mala apuesta de su padre con un alemán, acaba trabajando como sirvienta en el palacio de la Reina. Sedienta de poder y de venganza hacia su prima, se acerca a la reina aprovechando su manejo con la medicina botánica y, descubriendo que entre la reina y Sarah hay algo más que amistad, intenta seducirla y desprestigiar a Sarah para así ser su nueva persona de confianza. De tal manera que hay una lucha activa por ver quién es la favorita de la Reina mientras que ella, vieja y acabada se está dando cuenta de que quizás está siendo utilizada y que los argumentos del representante de la oposición parecen razonables y justos. Realmente la película no va de mucho, sino sencillamente de la ascensión al poder de dos mujeres de armas tomar y el derrumbamiento de una soberana manipulada y cansada. Ya los primeros minutos de la película son geniales con humor ácido y casi doloroso, pero es que el resto de la película, a pesar de que sea hasta cierto punto una comedia, es imposible reírse porque realmente el espectáculo de ver a estas dos mujeres intentando destruirse es ciertamente denigrante pero es imposible parar de mirar mientras las perrerías y los puñales vuelan en un palacio en el que quien no corre, vuela. En este palacio, que casi parece un mundo aparte y a veces roza el surrealismo con las carreras de patos y el lanzamiento de naranjas, es un hábitat en el que los exagerados ropajes y maquillajes casi parecen proteger, aislar de la tragedia de fuera y en el que las penas se alivian fácilmente con placeres primarios: la comida y el sexo. Es prácticamente terrorífico pensar en qué puede estar pasándoles por la cabeza a estas dos mujeres para desear tanto quedarse en ese antro de locura y aprovecharse del mismo pero es que incluso el de la oposición, que parece ser el más sensato, no da puntada sin hilo. Este palacio, recorrido con un ojo de pez (la cámara) que también parece innecesario y de otro mundo y que recorre el palacio con una seguridad pasmosa como si fuera una de sus habitantes. El personajes más interesante para mi es la reina Ana, interpretada brillantemente por una Olivia Colman espectacular (merecidísimo el Oscar) . Una soberana que se está dando cuenta que la que había tomado como aliada barría demasiado para casa y no tomaba las decisiones consultado con ella al pensar que a lo mejor ya estaba mayor. Sin embargo, al empezar a replantearse las cosas, empieza a ser presionada por todo el mundo y el único alivio lo va a encontrar en la joven Abigail que, con mucha habilidad, va a estar ahí para ser su confidente. Lo que al principio va a usar la reina como una terapia de choque para que Sarah vuelva a pensar en ella se acaba volviendo contra ella al ser convencida cada vez más por Abigail de que quizá Sarah no le convenga. Realmente todas esas idas y venidas de la Reina empiezan a adquirir más sentido cuando se ve el aprecio que tenía por todos esos hijos que perdió que están representados como una manada de conejos. La cosa se va de las manos cuando Sarah es envenenada y despierta en un burdel en la cercana ciudad. Vuelve a palacio tan desesperada que amenaza a la Reina causando su expulsión fulminante del palacio. Sin embargo, la Reina acaba viendo la auténtica personalidad de Abigail cuando esta pisa voluntaria y cruelmente a uno de sus conejos. Y la Reina hace lo que sería más humillante para ella: obligarla a ser, de nuevo, una sirvienta. Realmente, esta es una película que analiza muy de cerca la burbuja irrompible de la burguesía pre- Revolución Francesa, un lugar aparte en el que su vacío existencial se llena a base de placeres irresistiblemente banales y apariencias estrambóticas y en el que todo el mundo se aprovecha de el débil monarca de formas más o menos directas. Una reina títere que, cuando intenta romper sus cuerdas, no deja de tropezarse y decide buscar a alguien que la aprecie como realmente es tan solo para caer en la trampa de dos buitres ávidos de carroña, que harán cualquier cosa para pasarle por encima. Una película que pasa de ser una ácida comedia a una terrorífica tragedia en menos de tres escenas por la inmersión total que hace en un mundo melancólicamente irreal en el que se mezclan los placeres más instintivos animales y el odio y la ambición sin límites que solo puede salir de los humanos. Un registro histórico fascinante y terrible con una buena banda sonora, unas actuaciones de 10, unos diálogos punzantes y cortantes y un castillo que no transforma a la gente sino que potencia sus extremos a través de la trágica evasión de un mundo nefasto. Un recordatorio cruel de que lo que separa al ser humano del animal es una tendente y gigantesca capacidad de destrucción.
Nota: 10/10
Pues nada, hasta aquí los especiales del 2018 (por fin). He intentado tratar una variedad adecuada de géneros y más o menos creo que lo logré. Por supuesto, recomiendo encarecidamente ver todas las películas de las que hablé. Como ahora no tengo nada pendiente por subir, tendré que ponerme a pensar seriamente en lo que me apetece subir. Pero bueno, por ahora espero que os haya gustado este artículo y ya nos veremos pronto (con suerte).
Sí, está ya acabando casi el 2019 y yo todavía hablando de películas del 2018, pero como ya sabéis durante gran parte de este año me he visto algo apurado de tiempo y eso hizo que tuviese que atrasar notablemente los especiales de películas de 2018, que en condiciones normales hubiese tenido que subir durante el primer trimestre del año (ya veremos lo que pasa con esto el año que viene, la verdad es que no quiero prometer nada), pero me apetecía recuperar esta sección que inauguré hablando de películas del 2017 premiadas o nominadas a los Oscar y a los Goya. También sé que dije dos veces que iba a subir esto a lo largo de noviembre y lo cierto es que no pude porque me vi algo superado por la carga de trabajo que tuve este último mes (la vida estudiantil sencilla, sencilla, no es). Bueno, después de ambas aclaraciones, voy a comentar brevemente siete películas que han estado nominadas o que han ganado algo en los Oscar y en los Goya (he tardado tanto en hacer esto que ya salieron los nominados para los Goya de este año, pero tampoco pasa nada; más vale tarde que nunca).
La sombra de la ley:
Empecemos esto con un largo viaje en el tiempo, a hace casi un siglo. Año 1921, Barcelona. Reinaba en España Alfonso XIII, un Borbón que sorprendemente consiguió ser aún peor que la mayoría de sus predecesores. No le daba la cabeza para hacer mucho y la gente estaba ya cansada del retraso permanente en el que estaba sumida España en comparación al resto de Europa por culpa, mayoritariamente, de Fernando VII y sus algo menos despreciables sucesores. Movimientos como el feminismo daban sus primeros pasitos y los trabajadores abrazaban el anarquismo como única manera de conseguir mejorar su penosa situación y, dentro de este bloque, un subgrupo partidario de la violencia sistemática empezaba a coger fuerza, lo cual preocupó al monarca que empezó a radicalizar las fuerzas policiales y a poner a militares crueles y con muy poca paciencia a cargo de las ciudades, entre ellas Barcelona. Esta es la situación en la que se enmarca la película, que presenta a Luis Tosar como un policía vasco que es enviado a Barcelona después del robo de una importante cantidad de armamento de un tren de mercancías por parte de unos anarquistas. Una vez allí, no tardará en entrar en contacto con diferentes personas en las calles de Barcelona, tanto en un bar y local de variedades que regenta un hombre con dudosa moralidad y legalidad como entre los anarquistas de la ciudad, liderados por Salvador, un hombre sensato que promueve el diálogo como manera de cambiar las cosas. Realmente la película es bastante impresionante en el campo visual y es una muy buena lección de historia ya que la mayoría de cosas que se mencionan son ciertas, por muy increíble que parezca. Los actores no lo hacen nada mal (destacar a Ernesto Alterio que hace un papelazo como el matón de la policía), algunas líneas de diálogo son bastante inspiradoras (destacar la de los principios) y las escenas de acción son muy buenas (por ejemplo, la de la batalla en territorio anarquista o la persecución). Sin embargo, hay algo que no es mala idea pero que hace que la película pierda mucha fuerza y es que hay, para mi gusto, una sobrepoblación de subtramas entre las movidas internas de los anarquistas, las acciones de la hija de Salvador, todas las cosas terribles que acontecen en el local de variedades, el propio misterio de quién robó las armas, la verdadera identidad del personaje de Tosar, el movimiento feminista y el asesinato del novio de la bailarina del bar. Todas estas tramas funcionan por separado (quizá la de la identidad no aportase nada, pero eso es mi opinión), pero al estar todas juntas hace que pierdan fuerza (lo cual es una pena porque todas llevan a cosas muy duras) y que la película parezca más un documental que una película con un grueso hilo conductor, lo cual hace que el público se quede más con la parte estética que con lo que la película quiere retratar. Una gran pena, pero eso no hace que la película tenga muchas cosas a favor y que merezca la pena echarle un vistazo.
Nota: 8,25/10
Un lugar tranquilo:
Pasemos ahora a hablar de la película que a todas luces tenía que haberse llevado los Oscar relacionados con el sonido sino fuera porque la maldita película de Queen se los tenía que llevar (vaya tongo, de verdad, frustrante). Y es que resulta que la película empieza en un futuro cercano en el que unos alienígenas hostiles han llegado a la Tierra. La cosa de estos aliens es que detectan a sus presas por el ruido que hacen, de tal manera que los que quieran sobrevivir deben guardar un silencio absoluto. En una película con esta premisa, el sonido que suene entre tanto silencio debe ser al mismo tiempo aliviante y tenso y eso la película lo borda. Vamos, que el Oscar tenía que haber sido para ella, pero como la de Queen está de moda... (a ver, con esto no quiero decir que esa película sea mala, sencillamente que ha ganado unos premios que a lo mejor y, segun mi opinión, se merecían otras películas). Pero bueno, dejo mis pullitas y me centro en la película. La verdad es que se deja ver con mucha facilidad. La ausencia de sonido hace que solo lleguen a la audiencia ruidos que, de corriente, son imperceptibles lo cual transmitiría paz y tranquilidad sino fuese por el alcance de la amenaza que se cierne sobre los protagonistas. Una cosa que la película hace muy bien es centrarse en el punto de vista de todos en la familia y, cuando la cámara se centra en la visión de la hija (que es sorda), estos pequeños ruidos desaparecen, dejando un silencio atronador y angustioso. La película no tiene miedo de enseñar completamente a la amenaza a las primeras de cambio, pero es que más de una película de terror en la que se teme lo desconocido, esta película se centra en las maneras creativas que emplea la familia para evitar un enemigo que ya conocen de sobra y que, sin embargo, actúa con una eficacia y muestra una falta de piedad tan evidente que da, de hecho, mucho miedo. También está bien tratado cómo los hijos interactuán con los padres, cómo el padre intenta constantemente sin conseguirlo conseguir un cacharro con el que su hija pueda oír y cómo ella intenta siempre ayudar y se lo niegan porque les da mucho miedo perderla. La verdad es que estos momentos son muy emotivos y están muy bien conseguidos. Los actores lo hacen genial (especialmente Emily Blunt, que está que se sale) y ayuda mucho el hecho de que Krasinski y Blunt sean pareja en la vida real para potenciar su química. La banda sonora de Marco Beltrami (el que hizo la de Logan) es muy buena y la fotografía llama la atención, con un muy buen uso de las luces y los colores. Y, ¿qué es lo que falla entonces?. Muy fácil, el argumento. Yo es que hay decisiones de los personajes que no entiendo y quiero centrarme en la más flagrante: ¿por qué decidieron tener otro hijo durante su lucha por la supervivencia después de la llegada de estos bichos? Entiendo que no tuvieran elección si lo hubiesen engendrado antes de la llegada de estos bichos. Pero es que en la primera escena ya han pasado tres meses desde la llegada de estos y, más de un año después, ya está Blunt con una barriga kilométrica. Esto da a entender que lo engendraron claramente siendo conscientes de cómo estaba el mundo. Entiendo por qué lo han podido hacer (no llevarán bien la pérdida de su otro hijo [por cierto, entiendo que es un niño pequeño pero es muy estúpido y su muerte ha sido exclusivamente culpa suya; algo se nota que no me gustan los niños pequeños]) pero es que es muy absurdo. Primero: ¿cómo piensas tener un hijo sin hacer nada de ruido? Lo digo porque,incluso si la madre consigue milagrosamente parir sin gritar ni una vez (como se ve en la película), todos los niños cuando nacen lloran y gritan como si los estuvieran apuñalando y eso pasa siempre porque es la única forma que tienen de quejarse y comunicarse esos pequeños monstruos (esto es algo que la película encuentra conveniente ignorar por cierto). Segundo: incluso si consiguen evitar lo primero, la comida que tienen no es ilimitada y no es tan fácil moverse en este mundo y mucho menos con un niño, vamos que llegaría un momento que se moriría de hambre y ya son demasiados como estaban. Tercero y, de nuevo, si consiguen evitar estas dos cosas anteriores: ¿realmente es buena idea traer al mundo a una persona voluntariamente en este mundo deprimente en el que la gente muere a millones y en el que tampoco va a poder ser feliz ya que va a estar todo el rato paranoico con lo que pasa afuera? Yo no sé, a lo mejor soy yo, pero veo muchas lagunas en este plan y no, el amor no lo soluciona todo y menos con aliens hostiles queriendo comerte entero. Como esto, hay otros detalles en la película que no me cuadran y que me sacan constantemente de esta película junto con la enorme cantidad de casualidades que hay a lo largo de la misma. Me entristece porque, por lo demás, no tiene nada de malo pero es que estas cosas me sacan de mis casillas. De todas maneras, esta es una película creativa y arriesgada con mucho corazón que hay que ver.
Nota: 8,5/10
La balada de Buster Scruggs:
La verdad es que yo veía esta película como todo un acontecimiento: los hermanos Coen regresando al western después de Valor de ley, con una película de su estilo que siguiera la estela de Fargo y No es país para viejos. Y para allá fui, a ver esta película de Netflix. Y una cosa puedo decir: la esencia de los Coen está, lo cual ya es una buena noticia. Básicamente, la película es un compendio de seis relatos cortos sin aparente relación entre ellos más allá del marco temporal: en medio del Salvaje Oeste. Ya que los fragmentos son tan diferentes, voy a hablar de cada uno de ellos por separado para luego hacer una conclusión conjunta. El primer fragmento es el que le da título a la película y marca estilo en un momento. Scruggs es un vaquero que vaga por ahí estableciendo su propia ley, buscando su propio bien que, a veces, coincide con la justicia. Cantando y disfrutando cada momento de vida, se aprovecha del factor sorpresa para acabar con todo aquel que se le ponga por delante hasta que, en una ocasión, no tiene la suerte de su parte y su cara de arrogancia se esfuma cuando sube al cielo, eso sí, con una sonrisa. El actor lo hace genial, los canciones son brutales, es súper entretenido y se empieza a plantear el tema sobre el que va a ir la película: las distintas maneras de vivir y qué determina las posibilidades de éxito y, más importante aún, si vives o mueres en el Salvaje (y tanto) Oeste. Esto se recupera en el segundo fragmento. Un personaje interpretado por James Franco va a ser colgado después del atraco frustrado a un banco y se libra por el ataque de los indios; sin embargo, no le va a durar mucho la alegría. Este es también buenísimo ya desde la brutal primera escena. Sencillamente digo hombre con ollas, ya lo veréis (graciosísimo de verdad). El resto del relato es también bastante bueno y enseña a los malas que en esa época todo el mundo puede oponer resistencia y la suerte y la alegría son efímeras y todo vale por la pena por lo de "¿Primera vez?" (genial). Para el tercero se ve que todavía les sobraba presupuesto y le echaron una llamadita a Liam Neeson a que fuese para allá a echarse unas risas. Y para allá que fue, a interpretar a un feriante ambulante que pasea por los pueblos a un hombre sin brazos ni piernas que recita y dramatiza lo que yo interpreto que es la Biblia y otros textos populares. Realmente es corto pero da para desarrollar la relación entre Neeson y el otro actor bastante bien y resultar una historia interesante y diferente (los feriantes no es algo que se trate mucho en los western hasta donde yo sé). El final también es amargamente hilarante cuando pierden todo a favor de una gallina matemática (buenísimo también).
El cuarto es el más corto de todos y narra la odisea de un viejo cazafortunas que parece haber encontrado una mena de oro en los alrededores del río. A pesar de lo repetitivo del proceso del hombre buscando el brillo, se hace interesante por el poco tiempo que lleva, la maravillosa fotografía de los lugares naturales en los que se ambienta y la acción al final. Bien, el quinto... lo siento pero no me gusta. Al principio, puede resultar interesante el mundo de las caravanas, cómo se relacionan entre sí los dos líderes de la misma (el viejo experto y el joven que lo quiere suceder) pero la verdad es que se me hacen algo cuesta arriba los continuos dramas de la protagonista que si el perrete que si el hermano que si tal que si cual. Quizá el problema es que este trozo sea demasiado largo pero es que pierdo totalmente el interés a la mitad y no lo recupero incluso cuando entra la acción en escena. Sin embargo, los Coen se encargan rápidamente de compensar este mal sabor de boca con una última parte que es sencillamente brillante. The mortal remains es una genialidad con estética e ideas teatrales que tiene lugar en una poca espaciosa diligencia que basa toda la tensión en unos diálogos que entablan unos personajes que más diferentes no podían ser. Está muy bien pensado porque todos los personajes desean hablar, desahogarse, convencer, pero de una manera distinta. El de las pieles busca alguien que le escuche, alguien que le comprenda después de tanto tiempo. La religiosa necesita mejorar la vida a la gente y llevarles por el camino del "bien" ya que es una orden divina, es lo que debe hacer. El francés es un hombre de mundo, sin pelos en la lengua y que busca siempre dar lecciones hasta el hastío, sin importarle lo que puedan doler sus palabras. Y, llegados a este punto, la atmósfera cambia, cae la noche y reina un ambiente crepuscular en el que los dos que van sentados en frente se sienten como en casa y empiezan a contar su historia. A la discusión que estaba teniendo lugar de si las personas podían dividirse en dos grupos o no aportan una verdad dolorosamente pragmática y evidente: hay vivos... y muertos. Resulta que han tenido la mala suerte de cruzarse con unos asesinos a sueldo y la buena de no viajar al aire libre en el techo y no pueden más que mirar con fascinación la pasión con la que estos hombres cuentan sus andanzas y su interesante manera de ver las cosas. Porque las personas pueden ser muy diferentes pero a todos nos encanta escuchar una historia macabra de la que nosotros no formemos parte. Somos unos desgraciados y quizá por eso nos lo estamos pasando tan bien con esta película llena de muertes, desgracia y peligros en cada esquina. Resumiendo, esta es una película que explora el Salvaje Oeste desde todos los ángulos posibles: cowboys, pistoleros, jugadores de azar, ladrones, banqueros, indios, feriantes, pueblerinos, buscafortunas, participantes en caravanas, tramperos, religiosos, hombres de mundo con ínfulas, asesinos a sueldo y conductores de diligencias. Intentan encontrar lo que determina tu éxito, tu vida en este mundo sin reglas o con demasiadas reglas según como se mire. Quizá sea suerte, quizá habilidad, pero todo en esta época dura poco y hay que disfrutar de lo que se pueda. Una película con una buena fotografía, una buena banda sonora y unos actores que creen en lo que hacen y le dan mucha veracidad a lo que pasa y los Coen son incapaces de resistirse a dar varias pistas de la naturaleza cínica, hipócrita y malvada de las personas. Una pena que el quinto fragmento baje mucho el listón, porque el resto es muy disfrutable y más reflexivo de lo que podría parecer y se vislumbran varios destellos de la brillantez de estos hermanos que parece que no paran de arriesgar.
Nota: 8,6/10
Campeones:
Seguimos con esto hablando de la ganadora a mejor película en los Goya. Ésta es una película dirigida por Javier Fesser, que es alguien a quien tengo mucho aprecio, ya que guardo muy buen recuerdo de dos de sus películas que vi en mi infancia y que me gustaron mucho (sospecho que me seguirían gustando ahora): El milagro de P. Tinto y La gran aventura de Mortadelo y Filemón. De hecho, este hombre consiguió sus primeros Goya con una secuela animada de la segunda de éstas allá por el 2014. Lo que presenta ahora es una película que se centra en el mundo del deporte, concretamente en el baloncesto. En la película, el personaje principal (interpretado por Javier Gutiérrez) es un conocido entrenador de los Estudiantes de Madrid de baloncesto. En medio de una crisis en su vida, sus métodos empiezan a ser cuestionados y sus constantes ataques de rabia hace que lo echen del equipo. Frustrado, ahoga sus penas en alcohol y, cuando a continuación se sube en su coche para volver a casa, acaba causando un accidente de tráfico en el que hiere a una persona. Imputado por esto, la jueza que lleva el caso lo condena a trabajo comunitario y, ya que es entrenador de baloncesto, decide ponerle a entrenar a un pequeño equipo formado por personas con discapacidad intelectual. Esto no va a llevarlo muy bien, ya que tiene una mente algo cerrada. Tampoco hace falta decir mucho más del argumento. Quizás el problema de esta película sea algo que ésta no puede solucionar y es lo insultantemente predecible que resulta su argumento. Todas estas películas deportivas con un equipo que acaba de empezar suelen acabar con este llegando muy lejos gracias a sus ganas y su actitud y esta no es excepción pero el recorrido que sigue para llegar ahí es bastante diferente. Dado el rechazo inicial que siente el entrenador por el equipo, la película dedica algo de tiempo a cómo el entrenador se enfrenta a esta situación inédita en su vida. Y el cómo va evolucionando la relación con y la visión que tiene de su equipo está bastante bien contado, usando un humor espontáneo y eficiente y recurriendo al anciano conserje del polideportivo de mala muerte en el que entrenan como intermediario, como alguien que le ayude a entender lo que son, lo que necesitan y lo que quieren. También este proceso de entendimiento se plasma en el público a través de varias decisiones inteligentes: el enseñar cómo son en su lugar de trabajo y cómo los tratan ahí y el desvelar cuáles son sus miedos y sus preocupaciones y cómo se ayudan unos a otros a superarlos. Y esto se consigue ya que el reparto, los actores que interpretan a los miembros del equipo lo hacen fenomenalmente bien. Dotan a sus personajes de frescura y espontaneidad con un innegable talento y reflejan sus miedos y sus alegrías como cualquier persona. Esto último, por cierto, lo saqué del discurso que dio Jesús Vidal cuando le dieron el (muy merecido) Goya a actor revelación, que es fantástico y en el que dice unas verdades como puños (recomiendo que le echéis un vistazo porque merece mucho la pena). Al final de la película resulta que [mini spoiler] pierden el último partido del torneo en el que estaban participando. Aquí la película reconozco que me ganó aún más ya que la alegría que muestran al final del partido demuestra el verdadero significado del deporte, cómo éste mejora y ayuda a las personas y el cómo siempre hay que disfrutar el camino y no el final. También poco antes se revela un hecho trágico [gran spoiler]: resulta que uno de los jugadores del equipo que rehuía un poco de ellos estaba ahí porque era la víctima del accidente en el que el protagonistas estaba involucrado, lo cual conciencia sobre la importancia de no beber alcohol antes de conducir. Resumiendo, esta es una película que sigue al pie de la letra una fórmula usada en exceso. Sin embargo, esto se remedia por un casting que es todo un descubrimiento que permite retratar a los personajes en su día a día y sus emociones, sus miedos y sus motivaciones, lo cual hace replantearse ciertas cosas. El genial humor de la película no está reñido con la parte más reivindicativa de la misma y con el genial entendimiento que tiene de lo que significa estar en un equipo, lo que ayuda y lo que significa e implica el deporte y de lo importante que es que la gente haga todo con humildez, con buena intención, con ganas y, en definitiva, crea en lo que hace (y creedme cuando os digo que hace falta muchas más personas así).
Nota: 8,75/10
María reina de Escocia:
Dirigida por la directora de teatro Josie Rourke, esta película ilustra la conocida rivalidad entre la reina Isabel de Inglaterra y su prima María de Escocia en el siglo XVI. Bueno, tampoco hay mucho que contar aquí. Se nos presenta a María desde que era joven y cómo van evolucionando las cosas en su corte. Y realmente sí que lo pasó mal la pobre mujer. Al principio venía de Francia con sus propias criadas y un bufón italiano al que le tenía mucho aprecio. Desgraciadamente, en Escocia las cosas no funcionan como en Francia, y no tardará en ver los entresijos de palacio: el cómo se va a tener que casar aceleradamente e involuntariamente, el cómo va a tener a la Iglesia en contra por acercarse demasiado a Inglaterra y el cómo va a tener en contra a su prima por hacer las cosas que ella cree que debe hacer por delante de las que le dicen que debe hacer. Es una representación excelente de cómo siempre va a haber alguien que discuta tus métodos tanto de un lado como del otro. El problema era que en el siglo XVI las diferencias no se solucionaban precisamente dialogando. Realmente la película hace al público estar ojo avizor porque en cualquier momento alguien la traiciona, le matan a alguien querido o le pasa alguna perrería del estilo. Y lo único que le queda a la pobre es negociar con su prima, pero eso tampoco va a ser tarea fácil. Realmente la película le dedica bastante tiempo a Isabel, que es la coprotagonista de la cinta encubierta. Isabel, a estas alturas, ya está consumida por el poder y no soporta ver que por todo lo que tuvo que pasar puede ser echado por la boda por su prima, que ha entrado en Escocia cual caballo en cacharrería. Por supuesto, María no va a ceder y eso [spoiler] le va a costar muy caro. Realmente si la película funciona tan bien es gracias a las actrices: Margot Robbie lo borda como Isabel de Inglaterra y ya Saorsie Ronan en el papel principal ni os cuento. El resto del reparto funciona bien también (incluido David Tennant, que no me olvido de él) pero el peso lo llevan las reinas. Como la directora tiene experiencia en el teatro, consigue escenas que transmiten una barbaridad con relativos pocos medios dentro de ese claustrofóbico y peligroso castillo o de esa cabaña de las telas, pero tampoco le tiembla el pulso cuando rueda en exteriores en unas localizaciones preciosas. Max Richter firma una banda sonora que se siente grave e importante y muy acorde con el tono épico de la película. Resumiendo, esta película es un tragicómico cantar de gesta del siglo XVI que si bien endiosa algo al personaje principal, nos presenta un mundo realmente peligroso que se va desenvolviendo poco a poco y un duelo entre dos reinas y primas cuya mayor diferencia era que quizás una tenía demasiado que perder y la otra demasiado poco. Combina perfectamente técnicas del teatro que hacen a la película tener personalidad, frescura y que se sienta un trabajo exigente y tremendamente artesanal (un factor que en el cine se está perdiendo) con algo de cine bastante decente para ser una iniciada. Lógicamente, lo que más destaca es lo bien que lo hacen estas dos reinas de la actuación: Margot Robbie y Saoirse Ronan.
Nota: 9,1/10
Quién te cantará:
Es curioso porque sé que esta película me voló la cabeza pero posiblemente no pueda hablar mucho de ella, porque es algo radicalmente distinto a todo lo que haya visto. Carlos Vermut dirige esta película en la que una conocida cantante en los 90 interpretada por Najwa Nimri sufre un accidente en el que pierde totalmente la memoria justo cuando iba a volver a los escenarios 20 años después. A su representante se le ocurre intentar contratar a su mayor fan para que le enseñe en unos días a volver a ser ella misma y encuentra a una mujer que canta sus canciones en un karaoke de manera muy sentida, interpretada por Eva Llorach, cuya hija, interpretada por Natalia de Molina, violenta y desesperada le está haciendo la vida imposible. Realmente la historia gira sobre estos tres personajes y, por ello, me voy a limitar a hablar de ellos. El personaje de Eva Llorach es una mujer que ya habiendo llegado a un punto definitorio de su vida no está para nada satisfecha con lo que ha hecho hasta ahora y con lo que es, ha llegado a un punto sin salida y la única forma que tiene de vivir y disfrutar es a través de otra persona, de una expectativa de cómo debe vivir su ídola, la cantante de los 90 Lila Cassen. Convencida de que su hija es una violenta desgraciada la ignora y en su constante reniego de la vida que ha conseguido [spoiler gordo] no dudaría en dejar que se matase, cosa que acaba haciendo. Lila es el caso contrario, alguien que ya ha recorrido el camino por el que está trastabillando Violeta, su fan. Hizo falta que perdiese la memoria para que se diera cuenta de que su vida de ensueño es una pesadilla. Una vida para la que tuvo que sacrificar mucho y ahora resulta que ni siquiera se reconoce ni le gusta lo que ve de ella misma. Está atrapada en un mar embravecido siendo un minúsculo y frágil barco de papel, anclada por los fantasmas de un pasado traumático. Incapaz de convertirse en un pájaro y salir volando de todo este desastre. Precisamente ha llegado a este punto gracias a la ayuda de su familia a la que ahora siente que ha fallado y ve en Violeta a alguien que está dispuesta a ocupar su lugar y que tiene muy poco que perder. Vamos con la tercera en discordia. La hija de Violeta puede recordar un poco a los chavales que aparecían en el programa este de Hermano Mayor, una chica problemática que lo consigue todo por la violencia. Sin embargo, aquí hay un matiz que la película sabe explotar para crear aún más tragedia y es que lo necesita claramente es tener algo de atención, sentirse importante, tanto para bien como mal; que puede estar ligado al desproporcionado e incorrecto uso de las redes sociales que cometen tantos jóvenes. De hecho, la situación llega a tal extremo que cuando la madre decida pasar de ella para no darle el gusto de sentirse poderosa e importante, se siente tan impotente que amenaza con suicidarse y lo hace, sin que su madre haga nada para evitarlo. También, aparte de las idas y venidas de las personajes, la película cuenta con una fotografía muy interesante, que representa muy bien tanto los momentos de esplendor brillantes de la fama como el crepúsculo apagado de la resaca metafórica que provoca la misma y una banda sonora muy diversa y muy interesante. Las tres actrices principales (Nimri, Llorach y de Molina) lo bordan en sus respectivos papeles y el Goya de la segunda es totalmente merecido. Resumiendo, la película es una tragedia que advierte de lo efímero y lo embriagador de la fama y de los peligros de no ser uno mismo, tanto en el arte como en la vida y también analiza, quizás algo menos, los peligros que pueden afrontar los jóvenes que se quieran zambullir de lleno en el sistema, quizás porque no les queda otra. De hecho, se puede argumentar que en esa situación tampoco están siendo ellos mismos, que es un poco, para mí, lo que quiere argumentar. Es curioso que las dos protagonistas tengan nombres de flores porque sus sueños van a hacer que crezcan pero que irremediablemente se marchite. Una película tremendamente difícil de ver por la tremenda carga trágica de la misma pero que es, definitivamente, puro cine.
Nota: 10/10
La favorita:
Para terminar, me temo que he de volver a hablar de reinas de Inglaterra. Nos movemos dos siglos y nos centramos en una ya mayor Ana Estuardo de Inglaterra. Aquejada de continuos ataques de gota, se deja llevar más que nunca por los consejos de su mejor amiga y confidente Sarah, esposa de uno de los más importantes cargos del Ejército Británico. Sin embargo, la joven prima de Sarah, una tal Abigail, que resulta que perdió la fortuna de su familia por una mala apuesta de su padre con un alemán, acaba trabajando como sirvienta en el palacio de la Reina. Sedienta de poder y de venganza hacia su prima, se acerca a la reina aprovechando su manejo con la medicina botánica y, descubriendo que entre la reina y Sarah hay algo más que amistad, intenta seducirla y desprestigiar a Sarah para así ser su nueva persona de confianza. De tal manera que hay una lucha activa por ver quién es la favorita de la Reina mientras que ella, vieja y acabada se está dando cuenta de que quizás está siendo utilizada y que los argumentos del representante de la oposición parecen razonables y justos. Realmente la película no va de mucho, sino sencillamente de la ascensión al poder de dos mujeres de armas tomar y el derrumbamiento de una soberana manipulada y cansada. Ya los primeros minutos de la película son geniales con humor ácido y casi doloroso, pero es que el resto de la película, a pesar de que sea hasta cierto punto una comedia, es imposible reírse porque realmente el espectáculo de ver a estas dos mujeres intentando destruirse es ciertamente denigrante pero es imposible parar de mirar mientras las perrerías y los puñales vuelan en un palacio en el que quien no corre, vuela. En este palacio, que casi parece un mundo aparte y a veces roza el surrealismo con las carreras de patos y el lanzamiento de naranjas, es un hábitat en el que los exagerados ropajes y maquillajes casi parecen proteger, aislar de la tragedia de fuera y en el que las penas se alivian fácilmente con placeres primarios: la comida y el sexo. Es prácticamente terrorífico pensar en qué puede estar pasándoles por la cabeza a estas dos mujeres para desear tanto quedarse en ese antro de locura y aprovecharse del mismo pero es que incluso el de la oposición, que parece ser el más sensato, no da puntada sin hilo. Este palacio, recorrido con un ojo de pez (la cámara) que también parece innecesario y de otro mundo y que recorre el palacio con una seguridad pasmosa como si fuera una de sus habitantes. El personajes más interesante para mi es la reina Ana, interpretada brillantemente por una Olivia Colman espectacular (merecidísimo el Oscar) . Una soberana que se está dando cuenta que la que había tomado como aliada barría demasiado para casa y no tomaba las decisiones consultado con ella al pensar que a lo mejor ya estaba mayor. Sin embargo, al empezar a replantearse las cosas, empieza a ser presionada por todo el mundo y el único alivio lo va a encontrar en la joven Abigail que, con mucha habilidad, va a estar ahí para ser su confidente. Lo que al principio va a usar la reina como una terapia de choque para que Sarah vuelva a pensar en ella se acaba volviendo contra ella al ser convencida cada vez más por Abigail de que quizá Sarah no le convenga. Realmente todas esas idas y venidas de la Reina empiezan a adquirir más sentido cuando se ve el aprecio que tenía por todos esos hijos que perdió que están representados como una manada de conejos. La cosa se va de las manos cuando Sarah es envenenada y despierta en un burdel en la cercana ciudad. Vuelve a palacio tan desesperada que amenaza a la Reina causando su expulsión fulminante del palacio. Sin embargo, la Reina acaba viendo la auténtica personalidad de Abigail cuando esta pisa voluntaria y cruelmente a uno de sus conejos. Y la Reina hace lo que sería más humillante para ella: obligarla a ser, de nuevo, una sirvienta. Realmente, esta es una película que analiza muy de cerca la burbuja irrompible de la burguesía pre- Revolución Francesa, un lugar aparte en el que su vacío existencial se llena a base de placeres irresistiblemente banales y apariencias estrambóticas y en el que todo el mundo se aprovecha de el débil monarca de formas más o menos directas. Una reina títere que, cuando intenta romper sus cuerdas, no deja de tropezarse y decide buscar a alguien que la aprecie como realmente es tan solo para caer en la trampa de dos buitres ávidos de carroña, que harán cualquier cosa para pasarle por encima. Una película que pasa de ser una ácida comedia a una terrorífica tragedia en menos de tres escenas por la inmersión total que hace en un mundo melancólicamente irreal en el que se mezclan los placeres más instintivos animales y el odio y la ambición sin límites que solo puede salir de los humanos. Un registro histórico fascinante y terrible con una buena banda sonora, unas actuaciones de 10, unos diálogos punzantes y cortantes y un castillo que no transforma a la gente sino que potencia sus extremos a través de la trágica evasión de un mundo nefasto. Un recordatorio cruel de que lo que separa al ser humano del animal es una tendente y gigantesca capacidad de destrucción.
Nota: 10/10
Pues nada, hasta aquí los especiales del 2018 (por fin). He intentado tratar una variedad adecuada de géneros y más o menos creo que lo logré. Por supuesto, recomiendo encarecidamente ver todas las películas de las que hablé. Como ahora no tengo nada pendiente por subir, tendré que ponerme a pensar seriamente en lo que me apetece subir. Pero bueno, por ahora espero que os haya gustado este artículo y ya nos veremos pronto (con suerte).
Comentarios
Publicar un comentario